Secreto a voces

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

No sólo en la época de la última dictadura militar se apropiaban bebes, sino que este sistema viene de mucho tiempo antes, cuando madres solteras, en algunos casos, menores de edad también, todas ellas pobres y vulnerables, entregaban a sus hijos recién nacidos o se los robaban, dentro del lugar donde los parían, y luego, alguna familia lo anotaba como propio, sin pasar por las vías legales de adopción.

Misael Bustos le corre el velo a un tema espinoso con su documental. De vez en cuando los medios periodísticos tratan este escabroso tema, como los que padecieron las cinco personas que brindaron su testimonio en el film.

Cada una de ellas lo sufrió de una manera en particular y el director va con su cámara a las casas de ellos, sin importarle dónde viven, para entrevistarlos en primera persona, e incluso los acompaña cuando van a buscar información sobre sus casos.

Además, recurre a las opiniones de distintos funcionarios y antropólogas, quienes explican el significado de la palabra apropiación y como es el mecanismo de su funcionamiento.

El realizador opta por una narración clásica, los protagonistas son activos y los especialistas en el tema actúan como cabezas parlantes.

Tres de los damnificados cuentan descarnadamente sus vivencias y las dudas que tuvieron de sus orígenes, porque descubrieron que sus padres no eran en realidad ellos, sino otros, desconocidos.

Los otros dos son madre e hijo, pese a que la señora tuvo mellizos y los vio vivos, a uno se lo sustrajeron y cambiaron por uno muerto, que no pudo verlo.

Los relatos impactan la sensibilidad humana, emocionan sin ser lacrimógenos. Pese a ser casos distintos tienen un denominador común, todavía buscan su identidad porque no hay datos concretos, los archivos hospitalarios se perdieron, o descartaron, evidenciando una vez más, la falta de apego y compromiso que tiene el sistema burocrático de este país para guardar y conservar elementos importantes.

Ellos, como tantos otros, quieren y necesitan saber su filiación biológica para poder recuperar y rearmar la parte más importante de sus vidas. Aunque avanzaron bastante, todavía tienen mucho camino por recorrer.