Sangre de mi sangre

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

El poder, la religión, el alma humana y el deseo se juntan en el estreno de la nueva obra de Marco Bellocchio, Sangre de mi sangre, una obra de arte de esas que hay que ver si o si en el cine.
Sangre de mi sangre cuenta dos historias diferentes, pero unidas por un mismo punto de vista. Por un lado, un hombre llega a un antiguo convento del siglo VXII para intentar limpiar el alma de su hermano quien, por haber cometido suicidio no puede ser enterrado en tierra santa, y ahí descubre a la mujer por la cual su hermano desesperó. Al mismo tiempo pero en nuestra actualidad, un misterioso personaje se oculta de la vista del pueblo donde vive, dentro de las paredes del mismo monasterio amparado en lo que parece ser una sociedad secreta que coexiste con la nuestra desde hace siglos.

Aunque la película parezca esconderse detrás de la simpleza del conflicto principal, el entramado de imágenes, sonidos y también silencios logran hipnotizar al espectador, al mismo tiempo que lo impulsan a reflexionar sobre las diferentes estructuras de poder en cada época. La iglesia, la burocracia, la prensa… y de fondo, las clases dominantes siempre al acecho.

Plagado de simbolismos, el film no explicita nunca un punto de vista tajante, no ahonda en escenas de gran crudeza como otras películas que muestran la inquisición, sino que deja que la poética de las imágenes y las excelentes actuaciones lleven al espectador a armar sus propias conclusiones, reflexionar, pero nunca desde un lado de alto dramatismo, sino desde una observación que se pretende objetiva y que en muchos aspectos, lo logra.

Marco Bellocchio dirige esta maravillosa obra de arte, alejándose un poco (como siempre hace) de sus anteriores obras mientras que al mismo tiempo deja entrever la misma fascinación por la naturaleza humana. Dios, el diablo, la iglesia y el pecado todos conviviendo en un mismo relato, pero sin dejar que el controversial tema tome tanto protagonismo como para que el espectador no entre de lleno en la poesía de la imagen y la palabra.

Poética, intrigante, controversial, Sangre de mi sangre es uno de los mejores estrenos del año, imperdible, para ver más de una vez, y para ver en cine.