Salve César‬

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

En la cocina de Hollywood

Satírica y coral. Sarcástica y heterogénea. La nueva película de los hermanos Joel y Ethan Coen continúa con el humor negro que caracteriza a los directores de “Fargo”, “El gran Lebowski” y “Quémese antes de leerse”, entre otras. A través de un relato desordenado, “Salve César” se sumerge en el universo de los estudios de Hollywood, con todo lo que ello significa: la decadencia de sus estrellas, la vanidad de los grandes, la frivolidad y la carrera incansable por el éxito. La acción se ubica en la década del 50, en el estudio Capitol Films, donde se están rodando varias películas en simultáneo. El protagonista es Mannix (Josh Brolin) un productor que se encarga de solucionar los conflictos de las estrellas del estudio en medio de los sets de filmación más bizarros. Desde un western protagonizado por el galán Hobie Doyle, (gran interpretación de Alden Ehrenreich), que tiene serias limitaciones a la hora de decir sus líneas, pasando por un musical de marineros protagonizado por Channing Tatum, hasta otro con coreografías acuáticas liderado por la diva Scarlett Johansson. Pero el plato fuerte de esta productora es “¡Salve, César!”, un filme épico de romanos protagonizado por Baird Whitlock, un chistoso George Clooney, que es secuestrado por un grupo de guionistas comunistas con sed de venganza contra la industria cinematográfica. Un filme simpático para los fanáticos de los Coen en plan de comedia coral.