Roma

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Un cine honesto es aquel coherente con sus intenciones, quiera contar una historia de género o no. Pero hay un nivel más alto: esas narraciones arraigadas en las vivencias mismas de quien escribió el guion y/o encuadra la película. Alfonso Cuarón ha oscilado entre varios géneros, lo que sumado a sus experiencias personales contribuye a hacer de Roma una historia épica sobre lo cotidiano.

Épica sin sandalias ni arena 

Roma transcurre en el México de los 70. Cuenta la historia de Cleo, la empleada doméstica de una familia de clase media, cuyo padre y cuya madre pasan por el momento difícil de su separación. La película oscilará entre cómo Cleo ayuda a mantener la unidad entre los niños de la familia, mientras debe lidiar ella misma con un inesperado embarazo.

Roma es una conmovedora rodaja de vida con una estructura narrativa poco usual, pero no por ello menos sólida. Aunque parte de una premisa clara, no posee lo que se dice un arco dramático, porque esencialmente no lo busca. Todas las escenas tienen su conflicto particular, y el desarrollo de las mismas consigue cautivar al espectador.

Podemos decir que se trata con seguridad de la búsqueda y el reconocimiento de una familia. Que en ocasiones la sangre no basta para fortalecer los lazos sino el afecto, y que pasar tanto tiempo con una persona hace inevitable el desarrollo de algún tipo de vínculo.

Si se tuviera que achacarle alguna contra es el hecho de que muchas secuencias se extienden un poco más de lo necesario, contribuyendo a que le sobre algunos de sus 135 minutos de duración.

En materia actoral, Yalitza Aparicio lleva con mucha dignidad sobre sus hombros el protagónico, pero tampoco se queda atrás Marina De Tavira como la patrona y matriarca de esta familia que lentamente se está viniendo abajo.

En materia técnica, estamos hablando de la película más madura de Alfonso Cuarón. Su puesta en escena no tiene desperdicio. La composición de sus encuadres es de una extrema riqueza, su trazo escénico tiene la elegancia de una coreografía de baile, y cuando pensábamos que estaba todo dicho sobre el paneo de la cámara, él lo revaloriza con el invaluable aporte del diseño de producción de Eugenio Caballero. Estén atentos a una escena que transcurre en un hospital, un momento que figurará sin ninguna duda entre los más intensos y asfixiantes que se hayan visto en una pantalla este año.