Ritual

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

El Ritual es una grata sorpresa para los amantes del terror y suspenso. Combinando estilos y recursos, y confirmando que una gran historia puede reemplazar inversiones económicas montruosas, lo originalidad del director demuestra que hay cosas en el cine de suspenso, que pueden cambiar para bien.

Otra semana más y nuevos estrenos que pretenden asustar a los espectadores llegan a las pantallas de los cines de Argentina. En esta oportunidad, una historia de suspenso inglesa, marcará el debut en solitario detrás de las cámaras de David Bruckner. El Ritual (The Ritual, 2017) ha sido halagada por los medios europeos luego de su debut en festivales como Sitges y los BIFA (British Independent Film Awards), y después de conseguir un par de galardones, el mundo entero esta expectante a lo que esta historia, pueda llegar a transmitir. ¿De que la va? Un grupo de amigos de la universidad se reúnen para emprender un viaje al mejor estilo mochilero por los montes de Suecia, con la finalidad de rendir homenaje a uno de ellos, muerto de forma violenta. Cuando se internan en el bosque, una presencia amenazante empieza a acosarles.

Así de simple como suena, esta película es una grata sorpresa para quienes tienen al cine de suspenso como fetiche. Con una premisa bastante común, el film se da el lujo de no querer ser para nada pretenciosa y a la vez, querer contar algo más. Hay cualquier cantidad de películas de terror/suspenso, donde los protagonistas deben enfrentarse a sus propios fantasmas pasados, situados en el medio de una zona inhabitada donde generalmente, nada real los atormenta, sino su propia psiquis, poniéndolos uno en contra de otro y dividiendo un grupo súper unido.

El primer acto de esta obra, intenta confundir a todos indicando que ese podía ser el camino a tomar, pero no el que en definitiva el director va a elegir. Combinando recursos como la soledad en lo inmenso de un frondoso bosque, al mejor estilo La Bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999), el director se las ingenia para demostar que algo acecha a nuestros protagonistas, no se sabe que, pero lo hay y esta a la expectativa de ellos.

Junto a la semejanza de una de las películas de suspenso por excelencia del milenio pasado, otro recurso que se nota en el film es la incursión de elementos culturales nórdicos, que si bien se asemejan bastante a lo que sucede en La Bruja (The Witch, 2015), le da un toque distintivo a otras películas y la posiciona bien alto en las producciones de este año, al menos. Punto en especial para destacar, la elaboración del ente que acecha a nuestros protagonistas, digno del mismo Guillermo del Toro, para encasillarlo dentro de algún tipo de estilo.

Algo clave en estas pelis, es la dificultad que hay para lograr claustrofobia en lugares tan abiertos como bosques o descampados, por la excelente fotografía capturada, desde el primer momento en que se adentran en el bosque esta sensación queda impregnada en el corte. Al mismo tiempo, las tomas y planos de los senderos entre las fronteras de Suecia y Noruega, denotan que el viaje de nuestros amigos, no será un viaje mas.

El desarrollo de los personajes esta muy bien logrado, y sus actuaciones van de la mano con lo que el guión les propone. Si bien el elenco es acotado, porque solo 5 personajes son los que más pantalla tienen, se logra formar una empatía con el espectador. El grupo, compuesto por Hutch (Rob James-Collier), Luke (Rafa Spall), Phil (Arsher Ali), Robert (Paul Reid) y Dom (Sam Troughton), tienen tantos puntos en común, como diferencias y es por eso que el grupo en general, queda tan bien. Con una actuación brillante de Rafe Spall, que dicho sea de paso, le basto para ganar el premio a mejor actor en el festival de Sitges del año pasado, el actor pudo demostrar toda su categoría, logrando un papel impecable.