Ritual

Crítica de Emilio Guazzaroni - Cinergia

Sustos rutinarios

Luego de una noche de tragos entre cinco amigos donde planean cuáles serán sus vacaciones, dos de ellos deciden entrar a un kiosco donde casualmente están asaltando. Uno de ellos, Luke (Rafe Spall) se esconde de los ladrones mientras que a Robert (Paul Reid) lo asesinan por no entregar su anillo de bodas.

A partir del suceso, deciden cumplir el último deseo de Robert, de hacer senderismo en el norte de Suecia. A pesar de haber pasado solo seis meses, la amistad ya no es la misma. Luke carga una gran mochila con culpa por no hacer nada en ese momento. Algo sumamente extraño, ya que no podría haber modificado nada si se hubiera entrometido.

Como en cada grupo de amigos, cada uno tiene sus manías y se conocen muy bien. Deciden acortar camino porque uno se lastimó la rodilla y se alejan del sendero. Decisión poco verosímil porque justamente el deporte es “senderismo”, no tiene sentido crear una ruta propia con una brújula. Entran a un bosque donde comienzan los peligros para los protagonistas.

El guion no logra desarrollar los personajes al punto de empatizar, ni siquiera nos importa qué les puede pasar. Un error concreto es no haber enfatizado más en sus historias por fuera de lo que es el viaje y la tragedia. Hubiera sido interesante poder ver a los familiares, sus relaciones con los seres queridos y qué los lleva a actuar de tal forma.

Con respecto a las actuaciones no hay problemas pero tampoco se destaca ninguna. El terror viene por parte de algo más allá de los humanos y eso le quita puntos a los primeros minutos de la película, donde se aprecia la aterradora escena desencadenante, actuada por dos hombres. No está bien utilizado el “monstruo” porque no genera miedo. El film falla en su objetivo que es el de asustar.