Resucitados

Crítica de Agustina Tajtelbaum - Toma 5

"Levántate y anda"

Algunas veces, el público y la taquilla han demostrado que una película con un guión medio pelo puede salvarse del bochorno si cuenta con buenas actuaciones. Pero ¿existe un guión tan débil que ni la mejor interpretación pudiera levantarlo? No busquen más, existe y es el guión de esta película que pretende ser de terror.
Todo comienza con un equipo de científicos que desarrollan el “suero Lázaro”, para revertir la muerte cerebral y traer a las personas de vuelta a la vida. Pero algo sale terriblemente mal y acaban creando fuerzas destructivas que no comprenden. No, no tiene nada que ver con “Resident Evil”.
Olivia Wilde es Zoe, la jefa del equipo de científicos, que incluye a su esposo Frank (Mark Duplass) y a dos jóvenes y prometedoras mentes científicas: Clay (Evan “Quicksilver” Peters) y Niko (Donald Glover, de “Community”). Su trabajo es documentado por la joven periodista, Eva (Sarah Bolger, “Once Upon a Time”). Así que para empezar, el equipo hace pruebas en perros hasta que tiene éxito (¿ya les dije que no es “Resident Evil”?). Anonadados por el éxito, comienzan a investigar los efectos que volver de la muerte pudo haber tenido en el perro, pero una compañía farmacéutica que los espiaba ilegalmente aprovecha para comprar a los inversores y dejar en la calle a nuestro equipo.
Para demostrarle al mundo que el descubrimiento -y las ganancias- son suyas, los muchachos deciden duplicar el experimento. En esa apresurada carrera legal, Zoe es accidentalmente electrocutada, y su esposo decide usar el suero para traerla de vuelta. Pero los efectos secundarios incluyen un aumento de la actividad neuronal que le da a Zoe poderes telequinéticos idénticos a los de “Carrie” (1976, remake en 2013), además de verse exactamente igual a Jean Grey en “X-Men: La Batalla Final” (2006). Por alguna extraña razón jamás explicada en el guión, Zoe decide utilizar esos poderes para el mal y asesinar a sus creadores, que igual no hicieron otra cosa que salvarle la vida. Por otro lado, un trauma de la niñez de la protagonista (de pequeña vivió el incendio de su edificio) adquiere importancia como una imagen aterradora que puede proyectar en las mentes de sus víctimas.
Aunque el elenco no es malo, el guión tiene agujeros por todos lados. No sólo los personajes de Clay y Niko no tienen ningún arco y están ahí para dejarse ver las caras; sino que hay mucho que carece de sentido. Por ejemplo, se abandona el arco del primer experimento con el perro, y aunque parece agresivo finalmente no sabemos si es diabólico… o qué pasó con él, sencillamente desaparece (habrá vuelto al set de “Cujo”, de 1983). Tampoco conocemos las motivaciones de Zoe para volverse contra su equipo (tal vez se inspiró leyendo Frankenstein), o cómo diantres siguieron entrando al laboratorio todas las noches como si nada cuando los habían despedido. Además, el pasado tormentoso de Zoe no parece tener relación alguna con la actualidad. ¿Se las agarra con ellos para vengar su trauma de la infancia? ¿Quiere que los demás sientan su miedo? ¿Se convirtió en un demonio? Aunque se toca apenas en los diálogos el tema de la ciencia contra la religión, no se desarrolla así que no lo sabemos.
No sólo los personajes son chatos, sino que las situaciones son estereotipadas y predecibles; no sólo desde lo narrativo sino también desde lo visual. Arranca relativamente interesante, alrededor de la mitad de la película la calidad baja en forma abismal. Los giros de la trama quedan o bien incompletos o bien siendo el colmo de lo trillado. Dice ser una película de terror, pero de miedo no tiene nada, sino que provoca más bien bostezos e indignación. Definitivamente “Resucitados” no vale ni cinco minutos de tu tiempo.

Agustina Tajtelbaum