Re loca

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Siempre se acusa a Hollywood de no apostar por lo nuevo y reversionar propiedades de probado éxito. El mercado hispanoparlante no goza de tanta autoridad en la materia por sobre sus pares norteamericanos, aunque cuando se encuentra una idea que funciona estos también son capaces de exprimirla hasta la última gota. Re Loca no es solamente la tercera remake de la producción chilena Sin Filtro, sino que es la tercera en estrenarse este año.

Catársis

Pilar es una creativa publicitaria que no está pasando por su mejor momento: su marido es un haragán, su hijastro un irrespetuoso, y su amigo (ex-novio) está por casarse con una mujer que se muestra determinada a terminar tal amistad. En su trabajo las cosas no son mejores: su condescendiente jefe le impone como compañera a una insoportable influencer que no pierde oportunidad en señalarle la edad.

Habitualmente Pilar se traga sin mayores miramientos todas estas faltas de respeto. Pero un día conoce a un gurú, quien a través de un ritual consigue que ella empiece a decir todo lo que piensa y no le deje pasar ni una falta a nadie.

Puede decirse que una de las razones por las que esta sea una idea tan replicable es el hecho de que su premisa se escriba prácticamente sola, siendo inmediatamente identificable con el público de cualquier lugar del mundo.

Re Loca

En el primer acto se establecen las diversas faltas de respeto que experimenta la protagonista, para que esta devuelva los golpes durante el segundo acto. En dicho segundo acto aparece la película que los trailers prometieron y que el espectador pagó por ver: una sucesión catárticamente hilarante de eventos respondiendo a situaciones en las que muchos hemos estado involucrados, pero que por civilidad nunca nos animamos a responder.

Todo esto, desde luego, aplicado a la cotidianeidad y coloquialidad argentinas, con abundancia de palabras y gestos soeces.

El problema es que ello es sostenible solamente durante la primera mitad de ese segundo acto, mientras que la segunda mitad se desinfla. Aunque esta última, lógicamente, muestra las consecuencias de ese tipo de accionar y propulsa el aprendizaje final de buscar un equilibrio, no cuenta con instancias tan graciosas o interesantes como aquellas cosechadas inicialmente.

También es necesario señalar que algunos personajes, en particular las contrafiguras a las que responde la protagonista, son ilustrados con un trazo demasiado grueso, demasiado unidimensional, demasiado explícito.

En materia actoral, se puede decir sin exagerar que si la película llega lejos en taquilla es gracias a la labor deNatalia Oreiro. La actriz se pone al hombro la película con su carisma e intensidad interpretativa, virtudes que sacan en más de una oportunidad al film del atolladero. Ella está apoyada por labores muy decentes de un elenco secundario, donde no hay mucho para elogiar pero tampoco para echar en contra.

En el costado técnico, Re Loca se mantiene simple: una fotografía y montaje limitándose a subrayar el talento interpretativo. Aunque debe señalarse que cuando hay oportunidad de plantear una composición distinta a lo habitual, la dirección lo sabe aprovechar.

Conclusión

Re-Loca es una propuesta que durante la mitad de su metraje es todo lo que prometió ser; después de esa catarsis, a la película le cuesta sostener el rumbo. Si el espectador puede creer en ella como un todo es gracias a la carismática labor de su protagonista.