Primicia mortal

Crítica de Martina Putruele - ARG Noticias

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Lou Bloom es un hombre solitario que pasa sus noches rondando por la ciudad de Los Ángeles tratando de sobrevivir: roba alambrados y los revende, y ve algo que le gusta y lo toma. Está buscando trabajo, pero sus ojos saltones y su cara calavérica dejan entrever destellos de su verdadera naturaleza. Lou Bloom es un sociópata.

Descendiente de la misma esencia que hacía al Travis Bickle de Robert De Niro en Taxi Driver, Lou Bloom pronto descubre que puede sacar plata y hasta armarse su propio negocio yendo a escenas de crímenes y accidentes y filmarlo para luego vender el material a canales de televisión. La premisa es simple: cuánta más sangre mejor.

Primicia Mortal es la ópera prima direccional de Dan Gilroy, guionista de El legado de Bourne y Apostando al límite, y es una fantástica sátira de lo peor de la industria del periodismo/entretenimiento/morbo de la televisión actual, con una acertada interpretación de Jake Gyllenhaal, que logra un personaje desesperado por el éxito, manipulador y más peligroso de lo que el espectador se imagina.

Con una cinematografía oscura y tenebrosa y a la vez vibrante, Gilroy captura la decadencia de una ciudad obsesionada con la fama y que esconde en sus noches más que fiestas y diversión. Lou Bloom encarna la desesperación por "llegar a ser alguien" a toda costa, pasándole por arriba al que sea, y embarrándose las manos de sangre si es necesario.

Con personajes con una ética que deja mucho que desear, una historia atrapante, y un desenlace que deja al espectador con más de un escalofrío, Primicia Mortal es sin duda uno de los estrenos del año, y está en camino para convertirse en filme de culto.