Primicia mortal

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

Un psicópata perfectamente integrado

Primicia mortal, de Dan Gilroy, funciona como un retrato realista del periodismo televisivo en Estados Unidos, con el foco puesto en la acción.

Hay algo extremo, insidioso y definitivamente incómodo en Primicia mortal, la primera película de Dan Gilroy (no confundir, con Tony, su hermano mayor). No resulta fácil clasificarla. ¿Es un retrato realista del periodismo televisivo en Estados Unidos? ¿Es una tremenda exageración? ¿Describe la crueldad del sistema o la crueldad de los hombres que producen y consumen noticias dentro de ese sistema?

Se trata de un debut tardío e impecable, la obra de un director maduro (55 años) que no se permite demasiadas concesiones estéticas ni ideológicas, sólo las imprescindibles para contar una historia fuerte que en vez de denunciar y horrorizarse se limita a mostrar de forma dramática el modo en que se producen noticias televisivas de alto impacto en la ciudad de Los Ángeles.

Gilroy llega al fondo de la cuestión, a la llaga misma, y hunde el dedo ahí. Si no provoca las reacciones negativas que en su momento provocó Muerte en directo (una hermana de sangre que se enfocaba en el mundo de los realities y que fue censurada en los Estados Unidos) es porque ese tipo de llaga ya no duele. El ojo de cada espectador es una enciclopedia de insensibilidad. Ya vio todo lo que podía ver. Ejecuciones. Torturas. Suicidios. Descuartizamientos. Pero el ojo siempre pide más, más, más.

Y más es precisamente lo que ofrece Lou Bloom (Jake Gyllenhall), un buscavidas nocturno que recorre las calles de Los Ángeles en busca de cualquier actividad legal o ilegal que le permita ganarse unos dólares. Bloom es uno de los mejores psicópatas de la historia del cine, un psicópata integrado, no como el Patrick Bateman de Psicópata americano, que era un yuppie con trastornos de personalidad, sino una especie de autista calculador, que se ha formado a sí mismo a base de filosofía de autosuperación y cursos en Internet.

Por casualidad, un buen día descubre que la mejor manera de hacer plata es dedicarse a grabar imágenes sensacionalistas en video (accidentes viales, asesinatos, incendios) y vendérselas a los canales de noticias. Pronto encuentra su alma gemela femenina en una veterana productora (Rene Russo), que tiene tan pocos escrúpulos como él, Con ella entabla una relación de mutua necesidad que por momentos se vuelve más extorsiva que económica o erótica.

Las buenas series de TV de las últimas dos décadas ya han demostrado que no es necesario que un personaje sea virtuoso para que uno se identifique con él. Bloom es la prueba definitiva de esa demostración. Un tipo que resulta tan repulsivo cuando es ingenuo como cuando es canalla.

Si bien la acción, tanto física como dramática, es el punto de máximo interés de Primicia mortal, la fotografía –a cargo de otro Gilroy, John, el mellizo de Dan– muestra la noche de Los Ángeles como una especie de actividad onírica y digestiva a la vez de la que sólo quedaran imágenes morbosas a la madrugada.