Personal Shopper

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Kristen Stewart para todos (los gustos)

La película más abucheada del Festival de Cannes en 2016 llega a las pantallas locales y, después de vista, sólo queda decir: "no es para tanto".

Cuando todavía no se acallaron los abucheos que recibió tras su avant premiere en la anteúltima edición del festival de Cannes, ni se disipó la sorpresa por el premio al Mejor director a Olivier Assayas, llega a las pantallas locales “Personal Shopper”.

Todavía no se entiende el porqué de los abucheos a este film casi tan extraño como hipnótico, que invita verlo de principio a fin a pesar de que tiene varios entretiempo que conspiran en su contra pero que lo convierte al mismo tiempo en una obra cas única por su diversidad.

Y es esta palabra, la que quizá mejor define a “Personal Shopper” debido a la variedad de géneros que convergen en esta película, entre los que se cuentan el drama, el thriller, e inclusive lo sobrenatural.

La historia se enfoca en Maureen (la ex Crepúculo Kristen Stewart), una joven que para sobrevivir económicamente en París trabaja como asistente de vestuario de una celebridad local, que raramente recala en su casa de esa ciudad. Sin embargo, Maureen debe recorrer todas las tiendas de Paris arreglando los canjes para su jefa.

Pero, en el mientras tanto, Mareen debe lidiar con su interior. Como medium, ella intenta contactar a su hermano gemelo, que murió hace poco tiempo atrás y por eso pasa largas noches en la casa que éste habitó por última vez con la esperanza de despedirse.

Todas estas facetas de la historia, se encuentran conjugadas hábilmente en un guión que, sin embargo, va perdiendo fuerza a medida que el realizador fuerza situaciones para que encajen en su rompecabezas. Esto hace que, paradójicamente, la media hora final se convierta en lo más adictivo de la película ya que se reserva sorpresas inimaginables.

De todas maneras, el experimento funciona sobre todo gracias a Stewart que puede parecer inexpresiva e insípida pero no por nada se ha convertido en la última musa de Woody Allen en sus films más recientes. La joven se presta a la situación con naturalidad y va llevando ella sola la trama ya que está presente en el 99 por cientos de las escenas.

Assayas se animó a ensayar esta mezcolanza de géneros y, sin llegar de meterse de lleno en ninguno de ellos (cada incursión da la sensación de que algo no termina de cerrar) todos ellos están bien representados: hay un condimento paranormal (fantasma incluido), hay un asesinato, hay drama, e inclusive un romance internacional. Se podría decir que por tanto riesgo Assayas merecía el león pero sería injusto con los demás realizadores que compitieron en buenos términos.