Percy Jackson y el ladrón del rayo

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Dioses del Olimpo en caos

El director Chris Columbus sigue con el estilo y la aventura de Harry Potter y la piedra filosofal. Aunque el resultado no siempre es parejo, entrega un producto destinado al público menudo y adolescente. Percy Jackson (Logan Lerman, quien será el nuevo rostro de El hombre araña IV) es un adolescente con dislexia y problemas de atención en el colegio. Vive con su madre y la pareja de ésta. Todos parecen saber algo que él desconoce: es un semi Dios y es buscado por haber robado el rayo sagrado. Y hasta aguanta siete minutos debajo del agua. Lo que se dice un chico especial...

El argumento, basado en la novela infantil El ladrón del Rayo, de Rick Riordan, funciona como excusa para pasear la cámara por atractivos escenarios, desde las colinas de Hollywood con sus letras blancas, pasando por Las Vegas, museos y hasta escenarios mágicos creados para el film.

Percy Jackson tiene algunos puntos de contacto con Harry Potter: son tres amigos que, si bien no estudian en Hogwartz, tienen la misión de restaurar el mundo en sólo diez días, recomponer el ámbito familiar y sortear todos los peligros imaginables.

Entre minotauros y cíclopes, el relato es un explosivo viaje al mundo de los Dioses y sus ¿sabias? decisiones.

Los chicos saldrán contentos con esta travesía mágica que visita la mitología griega, y expone personajes como el centauro Quirón (Pierce Brosnan, desaprovechado); Medusa (Uma Thurman) que convierte en piedra a todos aquellos que la miran; Zeus (Sean Benn) y Poseidón (Kevin McKidd).

Con buenos efectos especiales (sobre todo el dragón de varias cabezas y las caídas desde las alturas del edificio Empire State), Columbus se las ingenia para brindar un buen pasatiempo, sin varitas mágicas, pero con un bolígrafo que se convierte en una filosa espada.