Pensé que iba a haber fiesta

Crítica de Vicky Vázquez - Cine & Medios

Afectos en conflicto

Ana (Elena Anaya) y Lucía (Valeria Bertucelli) son amigas íntimas. Ana es española, pero hace ocho años que reside en Argentina, país al que llegó por una oferta de trabajo. En los días entre Navidad y Año Nuevo, Lucía se va de viaje con su nuevo novio, y deja la casa, y a su hija, a cargo de Ana, que por esa circunstancia se reencontrará con el exesposo de Lucía, Ricky (Fernán Mirás), a quien hace años que no ve.
La historia que narra la película es simple -en realidad no cuenta mucho-, ya que se trata de poner el foco en las reacciones de los personajes ante algo muy sencillo que les ocurre. El pilar es la mirada de la directora Victoria Galardi, relajada pero certera, capaz de observar situaciones, captar su esencia y transmitirla al espectador.
Bertucelli interpreta un rol siempre en la misma tónica de otros que ha realizado: una mujer acelerada, con los nervios a flor de piel. Su valor como actriz es que, si bien sus papeles no son de lo más versátiles, logra mostrar, con gran mesura y precisión, los estados de ánimo de su personaje. En contraposición, Elena Anaya tiene un físico que parece tan frágil como la seguridad que tiene Ana ante la situación que le toca vivir. En un rol menor, pero que no cabe desmerecer, se lo ve a Esteban Lamothe, el jardinero desganado que queda a cargo del jardín y la pileta, que Ana cuida como si la relación con su amiga dependiera de eso.
Cabe destacar que la película está filmada con una calidad, tanto visual como sonora, inusual en el cine nacional. La banda de sonido también es muy interesante y, como siempre que está bien elegida la música, resulta en el complemento perfecto para el relato y las emociones de los personajes.
No es un filme en el que suceda demasiado, la mayoría son situaciones cotidianas, ordinarias casi. Una fiesta familiar, una charla en la cocina, personajes con preocupaciones propias que no llegan a captar lo que le pasa al otro. Esto tal vez pueda resultar algo aburrido, sobre todo teniendo en cuenta que el final deja la sensación de que faltó un pedacito de película. Sin embargo lo valioso está en las actuaciones y el gran poder de observación de su directora.