Paraiso

Crítica de Mariana Mactas - TN - Todo Noticias

El veterano Andrei Konchalovsky se mete con el Holocausto en esta película dura, claro, filmada en impecable blanco y negro, que sigue a tres personajes muy distintos involucrados de distinta forma en la locura que les toca vivir. Hay una aristócrata rusa que ayuda a los judíos en Francia, un policía que colabora con los alemanes y un niño bien que orgullosamente se suma, como SS, a las autoridades de un campo de exterminio. Konchalovsky propone un acercamiento casi íntimo a estos personajes, que a lo largo de la película hablan a cámara, en una especie de confesionario o interrogatorio. Un recurso que le da a Paraíso una dimensión humana tan inquietante como imprevisible para un -otro- relato del horror nazi, al que se asoma con la contundencia de lo real que bien conoce todo el que haya leído a Primo Levi. Con maestría, Paraíso logra poner en escena a la ideología, y sus consecuencias, sin despegarse de lo humano en su detalle, y llega lejos en esa apuesta.