Ouija

Crítica de Lucas De Caro - Toma 5

ESPÍRITUS, VÁYANSE AHORA MISMO

Casi todos la conocen, pero probablemente muy pocos se hayan animado a jugarla alguna vez. La güija (o como la patentó la compañía de juguetes Hasbro, Ouija), es un juego en el que los participantes pueden entablar contacto con espíritus del más allá. Esto que para algunos es un entretenimiento, funciona mediante un sistema prácticamente igual al del juego de “La Copa” y consta de un tablero lleno de letras y números que cuenta con las palabras “Sí” y “No” como accesos directos a respuestas rápidas. Hay que tratarlo con cuidado, ya que si el más mínimo detalle sale mal, el demonio puede escaparse y perseguirlo a uno como si fuera la muerte.
De este tradicional pasatiempo, parte el núcleo de “Ouija”, la nueva película estadounidense de terror producida en parte por la misma empresa que le puso el nombre a su juego. Este film, que llega de la mano con la primera cartelera argentina de este nuevo año, fue estrenado en octubre pasado en Estados Unidos de cara a lo que fue la celebración de Halloween y es ahí donde puede encontrarse la excusa perfecta de su lanzamiento.
El relato narra la historia de Laine (Olivia Cooke), una muchacha veinteañera que intenta comunicarse con su fallecida amiga de toda la vida, Debbie (Shelley Hennig), la cual supuestamente había cometido un suicidio tras estar varios días actuando de forma extraña. Luego, con la aparición misteriosa del tablero y junto a la ayuda de un grupo de amigos, la chica convoca sin querer a un alma oscura haciendo que el miedo se apodere de ellos. A partir de ahí, todo lo que harán será con el único objetivo de alejar al demonio de sus vidas habituales.
Como suele suceder, detrás de todas estas terroríficas historias siempre se encuentra un caso pasado sin resolver, que particularmente termina siendo más interesante que la historia de la propia película. Pasa lo mismo en “La Llamada” (2002), en “El orfanato” (2007) y en el “El conjuro” (2013), como para citar algunos últimos casos típicos, pero jamás suceden en la vida real. ¿Entonces no sería más dramático y profundo partir directamente del caso pasado en cuestión, en vez de tener que retomarlo desde un futuro contemporáneo?
De todas formas, “Ouija” es una correcta película de terror que tiene imágenes impactantes que hacen dar unos cuantos saltos de susto y que contiene escenas que dan ganas de cerrar los ojos o mirar hacia otro lado. Es raro que uno vaya hasta un sótano endemoniado por voluntad propia, seguramente uno se iría corriendo, pero estos protagonistas se animan a acercarse detenidamente con la iluminación del flash de su smartphone y con la única meta de generar suspenso e intentar asustar un poco más al espectador.
¿En fin, con los problemas que uno tiene actualmente en su día a día, resulta creativo u original hacer una película en torno al juego de la Ouija? ¿Alguien sigue creyendo en esas cosas? ¿Alguien piensa que jugarla es de valiente? Definitivamente, no. Miedo es que una persona real, pero loca, lo persiga a uno por todos lados; o quedarse solo en casa, sentir inseguridad, escuchar ruidos y que un ladrón esté entrando; o abrir la heladera y que este vacía. Todo eso seguramente pueda producir más terror que un demonio y, en conclusión, hay cosas más importantes por las que preocuparse que por los espíritus. La gente ya se cansó y olvidó de ellos, ya es hora de que se vayan del cine.