Orquesta El Tambo

Crítica de Brenda Caletti - CineramaPlus+

SINGULARIDADES COLECTIVAS

En 2006 se configuró el programa Andrés Chazarreta con la idea de crear orquestas que desarrollaran un repertorio popular y cumplieran un rol social. El Tambo fue la pionera de las actuales treinta formaciones pero tiene una particularidad: el convenio no fue realizado con el municipio, sino con la organización Tierra y Vivienda, gracias a lo cual se produjo el nacimiento de la orquesta infanto-juvenil y del barrio homónimo en La Matanza. Esa fusión entre arte y sociedad (aunque se subraya el anclaje social) es la que se trabaja de forma permanente en el documental de Líber José Menghini y Jorge Menghini Meny.

Quizás hasta se puede tomar como gran metáfora el funcionamiento de la orquesta en los dos ámbitos. En algunos de los testimonios de chicos y profesores se comenta que las vacantes para guitarra y percusión se acabaron enseguida y, por lo tanto, varios chicos se anotaron igual para vientos con la esperanza de que se liberara un cupo. No obstante, la mayoría encontró el disfrute en esos instrumentos y ya no quisieron cambiarse. En el otro caso, los terrenos eran fiscales y los vecinos formaron una cooperativa para adquirirlos y construir el barrio.

De esta manera, en Orquesta El Tambo. La música en buenas manos hay un claro juego entre los funcionamientos colectivos de cada espacio basados en la idea de comunidad, enseñanza, compromiso, esfuerzo, entre otros, en relación con las experiencias personales. Por ejemplo, los primeros encuentros entre los jóvenes y los instrumentos o como cuenta la directora de la escuela 188, padres que comenzaron a valorar a sus hijos de otra forma por verlos interpretar una canción.

Dentro del documental también se introducen nuevos objetivos del programa: por un lado, el afianzamiento de redes latinoamericanas de intercambio para interpretar músicas populares (en este caso se exhibe un encuentro con la región andina colombiana); por otro, la separación de la orquesta en dos grupos, lo cual implicaría la formación de una orquesta juvenil sostenida en una futura profesionalización musical y/o docente y la reformulación de la parte infantil.

El programa lleva el nombre Andrés Chazarreta en honor al primer difusor de música folclórica argentina por todo el país, gracias a su previa recolección e identificación de variados estilos musicales. La orquesta, por su parte, asocia el instrumento con la música y el barrio, en una mezcla de valorización de lo personal y lo común para volverlo su propia esencia.

Por Brenda Caletti
@117Brenn