Ocean's 8: Las estafadoras

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

En tiempos en donde el patriarcado está dejando su lugar a la mujer, a fuerza de marchas, gritos, reclamos y un inevitable espíritu de época inspirado en la sororidad y el poder femenino, las películas comienzan a transitar caminos anteriormente inimaginados. Sin entrar en detalles y mucho menos en utilizar el famoso test de Bechdel, son pocos los relatos protagonizados 100 por ciento por mujeres y que no caigan en lugares comunes y estereotipos.
Para aquellos que no conocen este test, el mismo fue creado por la artista Alison Bechdel en su comic “Dykes to Watch Out For”, en donde uno de los personajes protagonistas manifiesta que para ver una película tiene que cumplir al menos tres requisitos.
El primero de éstos es que aparezcan al menos dos personajes femeninos en la cinta, el segundo es que mantengan una conversación entre ambas en algún momento y el tercero es que en esa conversación no hablen sobre algún hombre.
Con el correr de los años la prueba se fue utilizando para determinar la inequidad de género que predomina en la industria del entretenimiento, con algunas variantes como por ejemplo que los personajes femeninos que interactúan tengan nombre, o que hablen durante al menos dos minutos a lo largo de la película.
Si se aplicara a “Ocean’s 8: Las Estafadoras” (2018) el resultado sería satisfactorio, porque si bien hay mujeres hablando sobre hombres, el resto de la película sus diálogos son sobre ellas mismas y sobre la gran estafa que van a cometer en la gala del Met.
El cambio de paradigma comienza a repercutir en Hollywood, y una película como ésta, años atrás hubiese sido imposible de imaginar, y mucho menos con el elenco de figuras y estrellas consagradas que tiene como protagonistas.
Y si bien la película está plagada de clichés y lugares comunes, y hasta el desarrollo de personajes con trazos gruesos, “Ocean’s 8: Las Estafadoras” viene a aportar lo suyo al entretenimiento, mezclando dosis exactas de glamour, star system, nostalgia y mucha tensión.
De premisas simples, todo comienza con la salida de la cárcel de Debbie Ocean (Sandra Bullock), quien tras las rejas imaginó un plan para poder quedarse con una de las joyas más caras del mundo, el Toussaint, durante un gran evento.
Para poder llevar a cabo el robo se rodeará de las mejores especialistas, quienes aportarán no sólo su conocimiento, sino, principalmente, el trabajo en equipo necesario para poder, de alguna manera, conseguir el objetivo. Utilizando a una IT girl (Anne Hathaway) el las ocho mujeres que secundarán a Ocean (Bullock) dividirán las tareas para llegar a buen puerto el día de la gala, planificando y estudiando cada paso necesario.
Cate Blanchett, Mindy Kaling, Sarah Paulson, Rihanna y Helena Bonham Carter son el resto de las mujeres que avanzarán en el plan, y que aportarán su carisma a un guion sólido, que refuerza la dirección de Gary Ross (“Los juegos del hambre”, “Amor a colores”) y que inevitablemente juega con clichés para reforzar momentos de humor, tensión y acción del largometraje.