Ocean's 8: Las estafadoras

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Las sospechosas de siempre

El quinto largometraje del realizador norteamericano Gary Ross, responsable de la adaptación de la exitosa novela de Suzanne Collins Los Juegos del Hambre (The Hunger Games, 2012), es un nuevo episodio de la historia de la familia de estafadores Ocean, creada por George Clayton Johnson y Jack Golden Russell, el primero escritor de películas como Logan’s Run (1976) y episodios de La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone), la famosa serie de Rod Serling.

Si bien la primera película de 1960, dirigida por Lewis Milestone y con un guión de Harry Brown y Charles Lederer, fue la más exitosa y tuvo un elenco antológico compuesto por cinco personajes del entretenimiento ligados a la vida de Las Vegas, Peter Lawford, Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis, Jr. y Joey Bishop, Ocean’s 8: Las Estafadoras (Ocean’s 8, 2018) es la última y digna entrega de la serie cinematográfica creada por Steven Soderbergh en la dirección y los guionistas de turno que trabajaron en cada uno de los tres films de la serie, Ocean’s Eleven, Ocean’s Twelve y Ocean’s Thirteen. Ross reemplaza a Soderbergh en esta versión femenina con una historia previsible, el robo de unas joyas de Cartier valuadas en 150 millones de dólares y guardadas en una bóveda.

Cuando Debbie Ocean (Sandra Bullock), hermana de Danny Ocean, el protagonista de los films anteriores interpretado por George Clooney, sale de la cárcel por buen comportamiento le propone a su antigua socia Lou (Cate Blanchett) un plan para robar la joya de la exclusiva gala del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y así comienza a rodar la historia de las estafadoras. Para ello reclutan a una conocida diseñadora de los años noventa con problemas financieros, Rose Weil (Helena Bonham Carter), a una experta en joyas, Amita (Mindy Kaling), a una hacker, Nine Ball (Rihanna), a una timadora y ladrona callejera, Constance (Awkwafina), y a una antigua colega embaucadora, Tammy (Sarah Paulson). Con este staff se inicia la operación para que Rose diseñe el vestido de una conocida actriz, Daphne Kluger (Anne Hathaway), con el objetivo de conseguir que Cartier le ceda la joya para la velada. Este es el punto de partida para la intriga y la planificación del robo que tiene una serie de cameos de distintas estrellas del espectáculo y del diseño de indumentaria.

El propio Gary Ross firmó un guión -junto a Olivia Mitch- que remite constantemente al relato de los films de Soderbergh como homenaje y anclaje narrativo para justificar la construcción de los personajes y los comentarios de la protagonista sobre la historia familiar. Sin sorpresas, Ocean’s 8: Las Estafadoras crea una trama circular que solo pretende distraer con la premisa de un buen desarrollo de personajes icónicos y referentes de la industria del entretenimiento que sostienen con sus interpretaciones la trama. Aunque claramente inferior a las películas a las que remite, el film mantiene el ritmo vertiginoso del género y logra crear una propuesta basada en la diversidad femenina, que aunque por momentos construye estereotipos distintivos termina funcionando gracias a las buenas actuaciones de actrices muy versátiles como Cate Blanchett, Anne Hathaway y Helena Bonham Carter, acompañadas por una buena labor de Sandra Bullock y la siempre divertida Mindy Kaling, que le aporta una cuota cómica muy necesaria a una película que no defrauda pero tampoco asombra, como sí lo hicieron los opus originales en su época.