Obsesión

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

Por Cecilia Della Croce

TW: @cecidepalermo – IG: @cecidepalermook

Obsesión nos lleva a la una isla paradisíaca en el medio de la nada llamada Isla Plymouth, donde el muy guapo y descamisado Baker Dill (Matthew McConaughey) trata de ganarse la vida como capitán del Serenity, un barco para excursiones de pesca, junto con su fiel ayudante Duke (Djimon Hounsou). El inconveniente es que nuestro héroe, una cruza entre Don Quijote y Robinson Crusoe, está empecinado con pescar un atún gigante que se le viene escapando hace rato (y que curiosamente bautizó como Justice). Entre esa obsesión por el “gran pez” y las muy frecuentes visitas al bar de pescadores donde Baker se gasta los últimos dólares que le quedan en el bolsillo, el emprendimiento para turistas con plata se le va a pique. Un buen día, la tranquilidad de la isla se ve alterada por la llegada de Karen (Anne Hathaway),una “femme fatale” un poco caricaturesca, de capelina blanca y anteojos negros gigantes, que resulta ser la ex del capitán, casada en segundas nupcias con un millonario maltratador; ella irrumpe en el bar al mejor estilo Casablanca para tratar de volver a seducir al padre de su hijo y lograr que la ayude a sacarse de encima al marido número dos.

Hasta acá el planteo básico de la película que por supuesto después tiene una vuelta de tuerca que no voy a contar para no spoilearla del todo. Falta agregar un enigmático personaje: un hombrecito bastante extraño que, al mejor estilo del Conejo en Alicia en el País de las Maravillas, se la pasa media película recorriendo la isla vestido de traje negro y corbata finita, tras los pasos del capitán Dillon para entregarle la clave del revés de la trama de este micromundo donde nada es lo que parece. El problema es que el planteo básico está lleno de clichés y actuaciones acartonadas en trazo grueso, y la vuelta de tuerca no es todo lo inteligente y sorpresiva que el director y guionista quiere hacernos creer. La película intenta ser un tributo millenial a la idea shakesperiana que aparece en La Tempestad y que se podría resumir en esta cita de un poema de Edgar Allan Poe: “All that we see or seem/ is but a dream within a dream” (todo lo que vemos no es más que un sueño dentro de un sueño), pero resulta un intento fallido, con una historia enredada y pretenciosa.

Obsesión es una especie de cóctel que lleva una medida de Moby Dick y una de The Truman Show con un twist de Lost, pero cae medio pesado.