Mujeres al Poder

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Ozon con envoltorio feminista

Cualquiera que haya visto alguna película del director Francois Ozon se encuentra con productos artísticos que siempre juegan al riesgo. Con mejor o peor suerte. Y Potiche: mujeres al poder no es la excepción. El film, nominado a cuatro Premios Cesar, evoca la estética de films de los setenta y pone el feminismo en primer plano.

Después de La piscina, 8 mujeres (que tendrá en breve su versión teatral en Buenos Aires) y Ricky; esta película ambientada en 1977 ofrece su explosiva combinación de colores y una gran influencia musical que dice presente a modo de comedia "cantada" en algunos tramos, como surgida de una antigua publicidad televisiva.

Suzanne (Catherine Deneuve) es una ama de casa sumisa ("el potiche" o "jarrón" al que alude el título) y casada con un despiadado fabricantre (Fabrice Luchini) de paraguas. Mientras ella cocina, él enfrenta luchas sindicales y reclamos de sus empleados. Entonces, "ella", la "relegada" administrará el negocio familiar y tendrá poder.

La trama incluye luchas familiares, contiendas políticas y relaciones extramatrimoniales, pero todo se vuelve ingenuo y simplón. El polémico realizador se apoya en el aspecto formal (Deneuve en el sitial de "diva" y mostrando sus bellas piernas) pero el resto no deja de ser una comedia francesa más (Gérard Depardieu es el diputado comunista que fue su "conquista amorosa" años atrás), sin demasiada diversión más allá de la contundente presencia de sus estrellas.