Mortdecai: El artista del engaño

Crítica de Paula Caffaro - CineramaPlus+

LA NADA MISMA

Si alguien cree que la presencia estelar de Jhonny Deep es algún tipo de garantía de calidad resulta oportuno indicar que, no sólo este filme es digno de olvidar, sino que pareciera que Deep aún navega en el Perla Negra. Aburrida, abúlica, tediosa y carente de originalidad, a Mortdecai es mejor perderla que encontrarla.

Con todos los elementos necesarios para poder ser una parodia del género policial, es el afán de síntesis y la incapacidad de asimilar la esencia de la acción, la que el realizador muestra cuando se apresura al narrar, sin tapujos, y apelmazar escenas de sexo frustrado y densas persecuciones en automóviles, con extensas secuencias que sólo parecen existir para confirmar que el Sr Mortdecai es un completo imbécil.

En bancarrota y con una vida prestada, Mortdecai intenta perpetrar la estafa que lo sacará de ese estado económico penoso. Pero lo lamentable no son sólo sus finanzas, sino también su estilo de vida mediocre y librado a la suerte de su par dramático y fiel lacayo, quien a diario, lo salva de morir ante cada estupidez que el Sr. no logra o no quiere decodificar. ¿Es necesario que el personaje protagonista sea tan obtuso? Si el objetivo buscado es la gracia, no lo logra.

¿Qué queda para Paltrow y Mc Gregor? Tal vez sus opacadas performances y algún atisbo de salvataje emocional que no logran llenar el vacío de tanto metraje sin sentido. Comedia policial de manual, mal leído, o falsa interpretación por parte de su realizador, Mortdecai, algo anticipa en su título.

Las bellas artes como excusa olvidada y el molesto recurso animado con el que se sugiere el cosmopolitismo del protagonista y su abandonada, pero astuta mujer, son algunos puntos más que engrosan el listado de fallas que cuenta este filme viciado de pretensiones y continuas seguidillas de gags faltos de gracia, acidez o ironía.

La trama es débil, las actuaciones un perfecto desastre, y la atmosfera de artificio mal logrado, es sólo la frutilla que corona este postre de receta alterada. Qué lástima que el artista del engaño no pudo deslumbrar con ninguno de sus trucos.

Por Paula Caffaro
@paula_caffaro