Monos

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Un grupo paramilitar integrado por jóvenes debe sobrevivir en lo alto de la montaña mientras recibe órdenes para seguir un plan delicadamente trazado en esta película colombiana que -cuenta con producción de Argentina y otros países-, y acumula violencia e incertidumbre. El filme fue seleccionado por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar a Colombia como "Mejor película extranjera" en los premios Oscar y "Mejor película iberoamericana", en los Goya.

Monos deja la sensación de encontrarse desprotegido y vulnerable en medio de paisajes imponentes desde el comienzo. Un grupo de chicos juega al fútbol con los ojos vendados y recibe un estricto entrenamiento. Ellos tienen apodos de guerra -como Rambo encarnado por Sofía Buenaventura- y mantienen secuestrada a la Doctora -Julianne Nicholson-, una ingeniera gringa oculta en un bunker, mientras deben cuidar a Shakira, la vaca que les da la leche.

Sin embargo, la misión se sale de su carril tras la "muerte" de Shakira y pone en peligro el orden establecido cuando el mando recae en Patagrande -Moisés Arias-. La acción se traslada luego a la jungla e instala la tensión en el escape y la aventura de supervivencia colocando el "sinsentido" de la guerra en primer plano. Lo más atrapante de la propuesta radica en los cambios que se producen en las relaciones entre los miembros del grupo.

El director Alejandro Landes y su co-guionista, el argentino Alexis Dos Santos, plasman un mundo habitado por chicos que siguen órdenes y parecen jugar "el juego de la guerra" sin estar demasiados convencidos de lo que hacen. La historia se ubica entre el registro bélico -con el tema de las guerrilas latinoamericanas-, pasa por la aventura -el río salvaje y los insectos- y la exploración de la sexualidad. 

Monos entrega un producto contundente con imágenes fuertes que va encontrando su rumbo con el correr de los minutos y utiliza el sonido envolvente y la música para crear un estado de incomodidad permanente en el espectador, que se mantiene presente a lo largo de toda la historia.

El amor, la sumisión y el cumplimiento de órdenes muestra el costado salvaje del grupo cuando éste se pone en acción, entre casamientos, danzas tribales y coordenadas que confunden e impulsan al grupo que sigue las órdenes de la Organización hacia nuevos rumbos donde sobrevivir es un juego salvaje.