Miss

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Miss, la ópera prima de Robert Bonomo escrita junto a Juan Villegas y Santiago Giralt es una singular y chiquita comedia romántica.
Roberto L. Makita interpreta a Roberto, quien prefiere ser llamado Robert, un treintañero desgarbado y con una anticuada forma de vestir. Es una persona solitaria pero también un romántico.

Vive imaginando una película que algún día planea dirigir, donde él es el objeto de deseo de dos mujeres, y sueña con romper algún récord para entrar en su libro de cabecera, aquel que le hace creer que una persona normal es capaz de lograr algo increíble. Pero mientras trabaja cuidando la casa de una ex Miss Argentina y hace algunos laburos más como extra, conoce a Laura. Ella pasa frente a él sin mirarlo, sin tenerlo en cuenta, incluso lo pisa. Él se enamora perdida e inmediatamente.

Laura, interpretada por la ascendente Malena Villa, es una joven aspirante a modelo, llegada a Capital desde San Clemente sin tener en realidad idea de qué quiere hacer con su vida. No tiene muchos amigos y en general se aburre, y no logra encajar tampoco en el mundo del modelaje aunque en realidad lo intente. Roberto es tímido pero no lo suficiente como para no acercarse a hablarle, y así logran ser algo parecido a amigos. Claro que él quiere algo más pero su poca o nula experiencia con mujeres lo asusta.

La trama de Miss es pequeña, logrando que el film se vaya desarrollando principalmente gracias a la personalidad de su querible protagonista. Hay algunos secundarios que lo rodean que terminan de aportar humor a una película que cumple con las reglas de género sin caer en los gags y estereotipos más obvios y las interminables vueltas de sus protagonistas. En Miss no suceden grandes cosas pero para Roberto no hay nada más grande que ese amor que por fin aparece en su vida, y que todavía no logra ser correspondido.

Con una cuidada y colorida puesta en escena que rememora al mejor cine independiente norteamericano y una banda sonora que por momentos peca de ser algo excesiva, Miss logra ser una agradable y nada pretenciosa comedia romántica.