Miss Peregrine y los niños peculiares

Crítica de Laura Petroff - El Lado G

Si bien el estilo de Burton no se vé más que en lo estético, esta historia sin duda encontrará en los más peculiares a su público ideal.

El estilo del director Tim Burton es, a esta altura, muy reconocible. Después de años de poner el foco en los mismos aspectos visuales y temas en lo narrativo, cualquier persona, aunque no sea su fan, puede señalar una película de Burton apenas la ve. Gracias a personajes como Edward, Jack, los niños de La Melancólica Muerte del Chico Ostra, y muchos otros, se convirtió en un representante de los que no se sienten cómodos en su propio mundo. Con Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children retoma estas temáticas que ya exploró en varias oportunidades.

Su infancia no fue para nada extraña, pero al ser muy introvertido empezó a encontrar confort en el arte, sobre todo las artes visuales y el cine. Esto se refleja fuertemente en sus trabajos, que en general incluyen personajes no del todo cómodos con los grupos con los que conviven. Esto lo hizo, en alguna época, casi un representante de los más alienados, pero cuando su carrera dejó de tener la calidad que antes era algo común, su afinidad con sus fans comenzó a caer. Con Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children regresó a esos temas que lo llevaron a la cima: las aventuras de niños que no encajan fácilmente en la sociedad.

Jake (Asa Butterfield) no es como todos los chicos de su edad: es callado e introvertido. Creció con las historias que su abuelo, Abe (Terence Stamp), le contaba antes de dormir. En ellas hablaba de niños fantásticos con poderes y de la directora del hogar, Miss Peregrine (Eva Green). Luego de la misteriosa muerte de Abe, Jake decidió ir en busca de este hogar de chicos y descubrió que los cuentos no eran del todo ficción. Su relación con Miss Peregrine se hace más estrecha mientras conoce a los chicos peculiares que, hace muchos años, fueron amigos de su abuelo. Los chicos de Peregrine no son los únicos particulares en el mundo, y deberán defenderse de otros, liderados por el Sr. Barron (Samuel L. Jackson), más violentos y crueles.

El guión fue basado en el libro del mismo título, escrito por Ransom Riggs y publicado en 2011. Fue una éxito y los derechos para la adaptación cinematográfica fueron vendidos un mes después de su lanzamiento. Tim Burton no se unió en el papel de director hasta fin de ese año, pero muchos lo recibieron con los brazos abiertos: su preferencia por las historias de los marginados lo convertía en el candidato perfecto. A cargo del guión está Jane Goldman, conocida por Kingsman (2014) y Kick-Ass (2010).

El reparto está compuesto por actores ya consagrados, como Judi Dench y Samuel L. Jackson, por algunas caras conocidas como la de Eva Green (Casino Royale, 2006 – Dark Shadows, 2012) y la del protagonista Asa Butterfield (Hugo, 2011 – El Niño con el Pijama de Rayas, 2008). El estilo de Green para actuar es muy peculiar: su acento y manera de gesticular no son del todo naturales o no se ven muy a menudo y por eso en estas historias de fantasía, al igual que en Dark Shadows o Penny Dreadful (2014), su manera de trabajar no sólo encuentra lugar, sino que da un nuevo carácter a la producción entera; Miss Peregrine es uno de sus mejores personajes.

La adaptación a la pantalla grande fue bastante libre. El libro tiene tres instancias, pero esta película sólo abarca la primera. Desde intercambiar los poderes de dos personajes hasta literalmente alterar todo el desenlace, bastantes cosas de los escritos originales no han encontrado lugar en el cine. Muchas puntas de la historia no son exploradas en la profundidad que tienen en el libro. Sin embargo, la trama encuentra dónde cerrar el círculo cómodamente y sin que sea demasiado inverosímil, dando como resultado una historia diferente pero que promueve los mismos valores. Algunas partes de la trama se acercan mucho a lo que Roald Dahl (autor de Matilda, Charlie y la Fábrica de Chocolate) planteaba en sus historias. No es extraño que haya sido Burton el encargado de traer a ambos a la pantalla. Por el momento parece improbable que Riggs sea el heredero de Dahl y sus históricos cuentos, pero el potencial está y el público lo recibió, tanto en la literatura como en el cine, con los brazos muy abiertos.