Mi semana con Marilyn

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

La diva y la puntualidad inglesa

En el año 1956 Marilyn Monroe fue a Inglaterra a filmar "The prince and the showgirl" con Laurence Olivier como actor principal y director. La película es el relato de esa semana, basado en el libro de Colin Clark "The prince, the showgirl, and me: the Colin Clark Diaries", quien entonces realizaba su primer trabajo en cine, como tercer asistente de dirección; una especie de cadete multitareas.
Todo está preparado para esperar a la estrella de la pelicula, la producción es impecable, y todos están listos para empezar, pero desde que Marilyn (Michelle Williams) llega, todo esa perfección inglesa desaparece, y todo comienza a girar en torno a ella, a su impuntualidad, sus caprichos y todas sus dificultades para actuar. Olivier (Kenneth Branagh) pierde la paciencia, las cosas se complican y Colin parece ser el único capaz de comprenderla, así surge entre ellos una relación.
En el set Marilyn es tan insoportable como necesaria, todos son conscientes de su falta de profesionalismo, pero al mismo tiempo saben que ninguno de ellos sería capaz de provocar ni la cuarta parte del magnetismo y la magia que la actriz provoca.
La película muestra a una mujer que además de ser una diva sufre el peso de tanta fama; es frágil, tuvo una infancia triste y pese a todo es insegura. Así la muestra el filme, no pretende ser una biografía, sino simplemente mostrar a través de los ojos de Colin Clark (Eddie Redmayne) como era esa mujer, dentro y fuera del set, y como fue el rodaje de la película.
Michelle Williams logra una detallada interpretacion de Marilyn, papel para el que nadie parece estar a la altura. Eddie Redmayne, le da una calidez y una inocencia encantadoras a su personaje que hace aún mas creíble la relación entre los dos, la mujer sensible que necesita que la aprecien y el joven maravillado e ingenuo. Kenneth Branagh está grandioso como de costumbre, y también son impecables las actuaciones de Judi Dench como Dame Sybil Thorndike, y Julia Ormond como una celosa Vivien Leigh.
La película tiene la prolijidad de una serie de la BBC, con una recreación de época visual y musicalmente impecable, hasta en el más mínimo detalle.
En resumen, es una historia simple, un relato que no profundiza demasiado, pero que es entretenido y atractivo tanto visualmente como por sus interpretaciones.