Mi mejor amigo

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Escrita y dirigida por Martín Deus, Mi mejor amigo plantea lo que provoca un encuentro entre dos jóvenes adolescentes. ¿Amor o amistad? nos preguntan desde el póster.
Lorenzo es un adolescente educado y responsable, un poco retraído, malo en el deporte y que prefiere pasar su tiempo libre leyendo libros. Vive con su hermano menor y sus dos padres en un pueblo de la Patagonia. La tranquilidad y cierta predictibilidad del hogar se ven rotas con la llegada de Caíto, un muchacho apenas unos años mayor que él, hijo de un viejo amigo del padre, de una amistad que parece salida de otra época.

Caíto llega a la casa después de un accidente del que de a poco se irán conociendo mayor cantidad de detalles, pero se deja en evidencia desde un primer momento que es una persona problemática, que no soporta y no puede hacer lo que le dicen que tiene que hacer, y que busca diferentes maneras de escaparse de una realidad en la que no se halla, aunque muchas veces esos modos sean autodestructivos.

Lorenzo y Caíto, tan distintos como son, comienzan a entenderse a medida que se acompañan y hablan. Lorenzo expone ante él cuestiones que nadie parece notar en su casa y Caíto, de a poco, le va desentrañando su particular mundo personal.

Martín Deus presenta desde el póster de la película “una historia de amor o de amistad, según como la mires”, no obstante no estamos ante una típica película de iniciación gay. Hay algo en el aire entre los dos, pero se nota cómo lo percibe cada uno de ellos. No es un conjunto de planos homoeróticos a lo Marco Berger, ni una historia de amor propiamente romántica como Esteros. Lo que a Deus le interesa es retratar una etapa, la de la adolescencia. Aquella en la que pasan tantas cosas que comienzan a definirlo a uno como persona. Y Lorenzo comienza a definirse gracias a la presencia de Caíto.

Caíto es apenas mayor y hay una parte de él que cree ya estar determinada. Aquella que lo hace actuar como actúa, reaccionar como reacciona. Lo que no sabe aún es que aquellos años nos forman pero no nos condenan. Caíto es además el hijo de un amigo del padre de Lorenzo (interpretado por Guillermo Pfening) de una época en la que llevaba una vida muy distinta a la de padre y esposo que lleva hoy. Y sin embargo Caíto y Lorenzo parecerían provenir de dos lugares muy diferentes.

Deus toma de todos modos siempre el punto de vista de Lorenzo así que explora mejor las inquietudes propias de él y la relación con sus padres, especialmente con una madre que a veces parece comprensiva y en otras más demandante. Y es con ella -interpretada por Moro Anghileri- con quien protagoniza una de las escenas más lindas del film (que puede rememorar y mucho a la gran escena entre padre e hijo de los últimos tiempos, la de Llámame por tu nombre).

El encargado de interpretar a Lorenzo es Angelo Mutti Spinetta y allí radica el punto más flojo del film. El actor nunca logra expresar de manera corporal ni gestual todo lo que le sucede a su personaje, más allá de ser este siempre de una naturaleza contenida. Al contrario, el debutante Lautaro Rodríguez consigue dar vida a Caíto a través de muchos matices.