Mi gran oportunidad

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El amor por la ópera

Al igual que la famosa historia que transformó en una estrella a Susan Boyle, esta película inglesa habla de la increíble vida de Paul Potts, un tímido vendedor de celulares que tiene pasión por la ópera amateur y que, luego de sortear varios obstáculos, llega a presentarse en el Britain´s Got Talent, de Simon Cowell, también productor del film.

Mi gran oportunidad (Once Chance) es el típico relato de superación personal y tiene varios puntos de contacto con Billy Elliot, donde también trabajaba Julie Walters, acá como la madre de Paul (James Corden), el muchacho obeso que sufre el bullying y la incomunicación con su padre en un ambiente de obreros metalúrgicos de la Gales de los años noventa.

El film comienza y desarolla las situaciones de manera ágil, en tono de comedia (el encuentro del protagonista con su novia en la estación de tren) y con momentos que apuntan a la emoción, perdiendo un poco el rumbo sobre el final, pero no por eso deja de ser resultar efectiva gracias a las buenas actuaciones.

Al ambiente hostil y la poca confianza que se tiene Paul con su canto, se suma una madre sobreprotectora, una novia que conoció a la distancia, un viaje a Venecia y una pandilla que lo hostiga desde la niñez. En ese entorno se mueve el personaje central, quien luego de presentarse en el certamen se convirtió en un fenómeno de YouTube.

James Corden, visto en Los viajes de Gulliver y Los tres mosqueteros, consigue empatía con el espectador en odisea que no deja el romance de lado y utiliza el amor por la ópera como excusa para emprender un camino hacia los sueños. Y el director David Frankel (El diablo se viste a la moda) se despacha a su gusto entre góndolas, escenarios, comida rápida y Luciano Pavarotti (encarnado por Stanley Townsend).