Mi abuela es un peligro 3

Crítica de Gloria Ana Diez - EscribiendoCine

La receta de la abuela

Mi abuela es un peligro 3: De tal padre tal hijo (Big Momma´s House 3: Like father, Like son, 2011) es la tercera apuesta a una fórmula aparentemente exitosa: detective afroamericano en problemas; habilidad para el disfraz; pintoresca señora gorda que combina la dulzura de una abuela de barrio con la rudeza de un agente del FBI. Esta vez, para que la fórmula no falle, se le ha agregado un condimento: el amor adolescente.

Malcolm Turner (Martin Lawrence) es un agente del FBI que se encuentra tras unos gangsters rusos. Su hijastro Trent (Brandon T. Jackson) está terminando la escuela secundaria y sueña con ser un exitoso cantante de rap. Luego de que Trent intercepte a su padre en plena jornada laboral y sea testigo de un asesinato, ambos deberán disfrazarse para poder evadir a los malvados. El plan será infiltrarse en una escuela de arte para mujeres, caracterizados como Big Momma y su sobrina nieta, Charmaine, hasta obtener la información confidencial que condenará a los criminales.

Como una muestra más de su serie, no agrega nada muy novedoso. Un par de escenas graciosas se intercalan con varias demasiado previsibles. El film evoluciona muy poco en cuanto al personaje interpretado por Martin Lawrence, cuyos vestidos y disfraces resultan repetitivos. Los gags no escapan a esta tendencia. La súper agilidad en un cuerpo de abuela y lo grotesco de su sensualidad, siguen siendo los exclusivos artificios cómicos. Tal vez los realizadores intentaron solventar esta falta de originalidad con el personaje de Trent, pero los resultados no han sido muy fructíferos.

El inicio del film es desconcertantemente ridículo. Malcolm incurre en una persecución pseudo-policíaca de su cartero, porque está esperando la correspondencia que le informará si su hijito fue admitido o no en la tan preciada Universidad Duke. El personaje del cartero (Ken Jeong) y el de la diva adolescente Mía (Michelle Ang), ambos asiáticos, son particularmente y demasiado tontos.

Todo esto viene a ser un poco sazonado con el nuevo ingrediente, la dimensión adolescente. Una serie de conflictos son introducidos: la educación universitaria, la búsqueda de una identidad, el primer amor, etc. Quizá lo que más aporte al film es la presencia de la música: Hip Hop y Pop melódico. El personaje de Trent consigue sus momentos más risibles cuando intenta rapear caracterizado como Charmaine, tratando de dominar su gruesa voz.

En definitiva, para los que conocen la receta y les gusta, es una buena opción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una vez más, el recurso al que se apela para provocar la risa es el hombre travestido y sus vicisitudes.