Mazinger Z Infinity

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

Mazinger Z Infinity: Los clásicos nunca mueren.
El animé creado por Go Nagai regresa renovado pero con la misma esencia, a 45 años de su estreno.
La gente con más de 40 años aún lo recuerda como su primer animé visto. Otros quizás no vieron todos sus capítulos sino décadas después, como en una exploración arqueológica de cultura pop en la que busca nutrirse y encontrar las referencias en otros productos similares. Mazinger Z fue, en su momento, un quiebre. Una ruptura de lo tradicional en animación al presentar un personaje heroico, al establecerle fama mundial al término “Mecha”, al mostrar una violencia exagerada y monumentales peleas con monstruos gigantes y genios megalómanos. Mazinger y Koji Kabuto. Dos nombre propios que, en el imaginario popular, no pueden ser nombrados el uno sin el otro. Ese joven rebelde y heroico que todos quisimos ser.
Pero así como el mundo no para de dar vueltas, como las manecillas del reloj, nosotros crecimos y Koji también: Tras 10 años de haber vencido al Dr. Hell, Kabuto sigue los pasos de su abuelo. Durante una investigación científica en el monte Fiji, Koji descubre en un yacimiento arqueológico algo que podría anunciar el regreso de su más grande enemigo. Y no es un descubrimiento cualquiera: luego de haber utilizado la energía fotónica para que el mundo por fín fuera libre de utilizar recursos naturales no sustentables, un nuevo Mazinger más grande es descubierto, junto a una joven que parece ser una Inteligencia Artificial (bastante más humana que nuestros protagonistas) y la clave para que el mundo siga en Paz o regrese al Infierno del que se había librado.
Mazinger Z Infinity es un deleite para los más fanáticos (público al que va directamente destinado el film) pero también para los neófitos, o no tanto; porque es imposible no saber quiénes son los personajes, o que trama tuvo el animé, o lo que fue y significó Mazinger Z para el mundo de la animación mundial y cultura popular. Asimismo, este nuevo regreso se ve y se siente fresco, renovado, pero con el mismo espíritu; a su vez referenciando a animés que, posteriormente, bebieron de su influencia como Sailor Moon, Evangelion, Ghost In the Sheel o, incluso, Dragon Ball Z.
No hay fallas en un film así, solo la nostalgia bien llevada por su propio creador que, no solo nos saca una que otra emoción por volver a ver a Koji Kabuto y su gran robot juntos de nuevo, sino que deja varios mensajes implícitos y filosóficos que, quizás, antaño no veíamos, pero que hoy en día es imprescindible planteárnoslos día a día. Por eso Mazinger Z Infinity es un gran y ansiado regreso. Quizás el mejor de todos.