Manos de piedra

Crítica de Sergio Del Zotto - Visión del cine

Desde la infancia pobre de Roberto “Mano de piedra” Durán, hasta el triunfo en Estados Unidos, Manos de piedra es un recortado recorrido por la carrera del púgil panameño, recordado por algunos como el mejor boxeador latinoamericano de todos los tiempos.
Dirigida y escrita por el venezolano Jonathan Jakubowicz, lo que diferencia a Manos de piedra con otras películas de boxeo es el paralelo de la historia con diferentes etapas de la administración del canal de Panamá y las intervenciones de EEUU en las decisiones del mismo. Por eso la victoria de Mano de piedra Durán sobre su rival estadounidense fue vivida como un doble triunfo.

La acción fluye con agilidad sin caer en los subrayados dramáticos que generalmente están apoyadas las películas de boxeo. Quizás por que la carrera deportiva de Durán tuvo más victorias que derrotas (106 peleas ganadas y 16 derrotas). Su enfrentamiento contra Ray Sugar Leonard tuvo características épicas, no sólo porque fue una pelea pareja de dos grandes, sino porque el panameño utilizó picantes declaraciones para debilitar psicológicamente a su rival, que emergía como el nuevo Mohamed Ali. Al ganarle, el caribeño entra en un espiral de joda, sometiéndose a toda clase de excesos y aumentando de peso. Es por eso que al serle rápidamente ofrecida una revancha en pocos meses, no puede volver a su estado físico. Cuando el combate tiene lugar, 5 meses después, Durán llega en malas condiciones físicas y en el transcurso de la pelea parece tomar conciencia de la tonta decisión de haberla aceptado y proclama: “No más, no más”, perdiendo por abandono.

Ante un atónito público que había asistido a un mega espectáculo en el que Ray Charles cantó antes del combate. La recreación de este suceso se cuenta entre los puntos más altos de Manos de piedra.

Por el lado del elenco se lucen el ascendente venezolano Edgar Ramirez con el físico y el magnetismo necesario para encarnar a Roberto Durán y es bienvenido, luego de algunos traspiés cinematográficos, el trabajo de Robert De Niro, en la contracara de su mítico Jake La Motta de El toro salvaje, esta vez como entrenador de boxeo, un legendario Ray Arcel, que entrenó a algunos de los púgiles más importantes de la historia del boxeo por 70 años. Acompaña una cubana que está explotando en Hollywood, Ana de Armas, vista en Amigos de armas y una de las actrices de la continuación de Blade Runner. El cantante Usher da vida a Ray Sugar Leonard. Menos lucidos son los personajes de John Turturro, Ruben Blades y Elen Barkin.

En la larga tradición de cine y boxeo, Manos de piedra se erige como un producto digno, con todos los condimentos en la tradición del boxeo mas el agregado del pintoresquismo del culebrón latinoamericano.