Mamá

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Cine en completo silencio, escena típica de película de terror en la cual es inminente que aparezca el fotograma sorpresa acompañado por la música incidental para causar el sobresalto, algo que no suele dar resultado para los que ya están muy curtidos en el género. Sin embargo… un grito corta el mutismo, el de este periodista! Risa interna por la sorpresa y a seguir disfrutando (tensionado) el resto del film que brindó un par más de escalofríos.
Mamá tiene la genialidad de ser una historia más de fantasmas pero que en base a su realización impecable causa verdadero susto porque logra que el espectador se meta de lleno en la historia y se olvide del mundo.
Incluso logra que los fans de las películas de terror, esos que analizan el laburo del director y la puesta en escena mientras ven por primera vez la película y adivinan las escenas para asustar antes de que sucedan, concilien su genio y se abstraigan.
Guillermo del Toro es un visionario y pocas personas tienen a la industria tan en claro como él. Fue por ello que cuando en 2008 se topó con el corto homónimo del realizador argentino Andrés Muschietti no dudó en asegurarse en que se convirtiera en un largometraje.
Afortunadamente Muschietti mantuvo el control creativo se su trabajo y dirigió su propia adaptación. El resultado es inmejorable.
Tanto la ambientación, como los efectos y la música están para destacar. Los grandes estudios de Hollywood tendrían que tomar nota y saber que pese a lo que se cree, en el 2013 aún se pueden hacer buenas películas de terror y no solamente los bodrios trillados y carentes de sentido que mes a mes inundan la cartelera.
Otro de los puntos fuertes de Mamá es su elenco. Una muy buena interpretación por parte de Jessica Chastain y Nikolaj Coster-Waldau (Game of Thrones).
Pero al momento de hablar de las niñas protagonistas hay que levantarse y aplaudir de pie.
Lo que logró el director con las jovencísimas Megan Charpentier e Isabelle Nélisse, quienes encarnan a las hermanas Victoria y Lilly, respectivamente, es impresionante.
Las niñas transmiten sentimientos genuinos y le pusieron todo el cuerpo a sus personajes. Y ahí hay que remarcar otro gran acierto: el no usar a las chicas como elementos para asustar (ellas en sí mismas) sino como vehículos conductoras para que ello ocurra.
Sus gestos, sus voces, sus miradas y la forma en la cual dicen sus diálogos no tienen desperdicio alguno.
Si hubiera que buscarle algo malo a la cinta podríamos decir que es una historia que ya vimos, o sea, no tal cual sino la sintonía y narrativa, pero esta sin dudas es superior a sus predecesoras con el aliciente de que logra innovar donde se creía que no se podía.
Mamá logra convertir lo clásico en novedad y de la buena.
Si quieren pasar un buen rato en el cine e incluso asustarse no duden en ir a verla. Es más, también pueden animarse a gritar!