Mamá

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Sobresaltos que van perdiendo sorpresa

Andrés (Andy) Muschietti es argentino, actor, guionista, director asistente, director de episodios de series televisivas y de cortometrajes.
En 2008, con producción de su hermana Bárbara, Andy realizó Mamá , una cinta de pocos minutos donde muestra a dos niñas temerosas por el regreso a casa, y en plena vigilia, de la dama del título. La escalofriante sensación de Victoria y Lily pronto encuentra sentido ante la mirada del espectador. Quien quiera verlo, puede consultar en páginas de Internet donde se encuentra disponible y tendrá algún anticipo de Mamá (2013).
El largometraje inspirado en aquel material de origen español, llegó a pantalla como debut en grande de Muschietti, quien esta vez coescribió el guión con Bárbara, y lo dirigió, respaldado en la producción por nada menos que Guillermo Del Toro. Y se nota. La impronta del director de trabajos efectivos como El espinazo del diablo, El laberinto del fauno o El orfanato trasluce de principio a fin en el tono de Mamá, que también recuerda a algunas cintas de terror nipón.
No obstante, el corto Mamá aparece prácticamente calcado en una de las secuencias más inquietantes de esta nueva película, que las tiene y muchas.
El relato cuenta que las pequeñas Victoria y Lilly quedaron abandonadas en una cabaña perdida en medio de un bosque en apariencia inhabitado.
Poco antes, su padre asesinó a su madre y a consciencia de la tragedia que acababa de desatar, el hombre huyó y se refugió en esa casucha. Aturdido por la desesperación, no llega a advertir del peligro que lo acecha y hace presa.
Cinco años más tarde, Lucas (Nikolaj Coster-Waldau), hermano gemelo del padre de las niñas, quien ha gastado una fortuna en la búsqueda de su familia, recibe la noticia de que Victoria y Lilly han sido encontradas.
Habiendo sobrevivido en territorio salvaje se parecen más a las bestias que a los seres humanos. Lo curioso del caso, es que ambas sostienen haber sido cuidadas por "mamá".
En pareja con Annabel (Jessica Chastain) --una rockera con ningún instinto maternal--, Lucas asume la responsabilidad de velar por Victoria y Lilly, ayudado por un psicólogo interesado por el asunto. Pero las vueltas de la vida terminan dejando sola a Annabel con las chicas, y a expensas de una presencia maligna que se ha introducido en la casa.
La secuencia de créditos que sucede a la introducción se encarga de informar al espectador, por medio de dibujos de las niñas, acerca de la experiencia vivida por ellas y la existencia del personaje que da nombre al largo, datos que el relato hace advertir a los protagonistas adultos hasta muy entrado el metraje.
Esto, y la pronta aparición de la criatura le quitan una importante cuota de sorpresa a la narración. Puesto en conocimiento o al menos sugerencia de lo que puede suceder, al cinéfilo sólo le queda preguntarse "cuándo".
Mientras tanto, sí, puede disfrutar de escenas muy bien interpretadas por Jessica Chastain y por las niñas Megan Charpentier e Isabelle Nélisse, un plus para el Muschietti como director de niños actores.
En lo que a libro refiere y no obstante su potencial para más, Mamá depara algunos buenos sobresaltos hasta un final al uso y costumbre salomónica de Del Toro y de algunos de sus colegas japoneses que el cine norteamericano supo emular.