Mamá se fue de viaje

Crítica de Yaki Nozdrin - Visión del cine

Especialista en la comedia (Cara de Queso, Mi primera boda, Vino para robar, Sin hijos y Permitidos), Ariel Winograd presenta su nueva incursión en el género con Mamá se fue de viaje.
La historia gira en torno a Víctor Garbo (Diego Peretti), un hombre que está casado con Vera (Carla Peterson) con quien tiene cuatro hijos: Bruno, Lara, Tato y Lolo. El protagonista, responsable de recursos humanos de una gran empresa, es adicto a su trabajo por lo que siempre pone a su familia en un segundo lugar. Su mujer, agobiada por su día a día y por el poco reconocimiento que recibe por sus quehaceres, decide tomarse unas pequeñas vacaciones y dejar a su marido a cargo de la casa y de los chicos.

Si bien la fórmula del padre que no está presente en la vida de sus hijos a causa del trabajo ya fue utilizada múltiples veces en la historia del cine, Winograd logra una historia fresca poniendo su sello personal. Pese a que el guion no ofrece originalidad en cuanto a su premisa, la historia transcurre de una forma tan natural que las risas se harán presentes de forma constante.

La película también funciona como una crítica social al machismo que sigue latente hoy en día, ya que muchos siguen sin considerar como trabajo el rol de ama de casa. “Tu única obligación es llevar a los chicos al colegio”, le dice Garbo a su mujer. Ahora, Vera se fue de viaje y él se ve obligado a pedir licencia para hacerse cargo de sus hijos.

Es ahí donde Garbo, entre varias situaciones inoportunas y graciosas, claro está, logrará comprender el gran esfuerzo que tiene que hacer su mujer días tras días, dejando de lado el prejuicio existente sobre que el ama de casa se la pasa todo el día viendo telenovelas.