Los siete magnificos

Crítica de Ayelén Turzi - La cuarta pared

Ya deberíamos de dejar de usar el término remake. En serio. Y terminar también con la discusión sobre su validez y la comparación con las originales. Evidentemente a Hollywood no se le cae una nueva idea ni por casualidad, y si queremos ver algo original nos tenemos que salir de los grandes tanques y buscar a nivel local o en la esfera independiente.

Habiendo dicho esto, vamos a hablar de Los Siete Magníficos como si fuera una película nueva, sin tener en cuenta ni la versión "original" de 1960, dirigida por John Sturges, ni la versión realmente original, que no es ni más ni menos que Los Siete Samurais de Akira Kurosawa.

La película arranca, contundente y directa, planteando el conflicto: Bartholomew Bogue (Peter Sarsgaard), una especie de colono capitalista que está conquistando medio país para explotar los recursos naturales, quiere comprarle la tierra a los habitantes del pequeño pueblo de Rose Creek. Pero comprar es un decir solamente, ya que los amenaza con matarlos si no aceptan unas monedas a cambio. Y para demostrar su poderío, él y sus matones masacran a tiros a un par de pueblerinos a la primera que se resisten, entre ellos Matthew Cullen (Matt Bomer), el esposo de Emma Cullen (Haley Bennett); este acto la lleva, frente a la pasividad de los hombres, a tomar la iniciativa que desembocará en el plan de defensa del pueblo. Porque claro, si Bogue puede abusar del poder de la manera en que lo hace, es porque está "entongado" con las autoridades locales.

Tras una revuelta en un bar, Emma recluta a Sam Chisolm (Denzel Washington), un caza recompensas que acepta la tarea, y a Josh Faraday (Chris Pratt), un pistolero canchero y seductor que se suma tras la promesa de recuperar a su caballo al finalizar la empresa. Luego de esto, en una secuencia muy breve que no da absolutamente ningún fotograma de información de más (¡en tu cara, Suicide Squad!) presenta a los otros seis involucrados: el entrañable Goodnight Robicheaux (Ethan Hawke), el oriental experto en el uso de cuchillos Billy Rocks (Byung-hun Lee), el rastreador Jack Horne (Vincent D'Onofrio), el guerrero Comanche Red Harvest (Martin Sensmeier), y el mexicano fuera de la ley, Vasquez (Manuel Garcia-Rulfo).

Lo que sucede a continuación es sencillo: tienen que defender al pueblo de los invasores, pero claro, por más que sean los pistoleros más sarpados del condado, no podrán hacerlo solos; es allí que comienzan a reclutar a gente común del pueblo, campesinos, para establecer algún plan de defensa, que nunca es blanqueado al espectador, sino que se muestran elementos de defensa aislados que se van hilvanando sobre la marcha. Este es uno de los principales aciertos de la película: no hay una laaaarga secuencia explicativa de cómo un pueblo de campesinos con un entrenamiento de tres días podrá vencer a unos villanos súper malos y despiadados. Sobraría.

La invasión al pueblo y la defensa, si bien están regidos por un plan central, dan lugar a improvisaciones de acuerdo a la estrategia de los invasores. Con un montaje y una musicalización que te dejan sin aliento, la acción se entiende perfecto sin artificios de cámara ni trucos de efectismo: definitivamente hay un guión, los hechos están pensados, se van construyendo las soluciones de acuerdo a cualidades o virtudes de cada uno de los siete protagonistas. Si en la presentación te mostraron una cualidad, una virtud, un talento, es en este momento donde se explota, con un resultado que, por momentos, incluso emociona.

Al margen de la relación que pueda tener con la película original (que, insistimos, se debería dejar de debatir sobre este punto), es una película que actualiza con respeto y cariño el género western en sí. Movimientos de cámara, paisajes, y hasta algunos encuadres muy significativos aparecen en los momentos justos, bien usados. Se nota que Antoine Fuqua (su director) conoce el género, sin recurrir al guiño arbitrario ni aggiornar la historia buscando un final feliz, simpático y amigable para el espectador. Si te tiene que pegar, pone los huevos sobre la mesa y te pega. Como debe ser.

VEREDICTO: 8.00 - UN MAGNÍFICO EJEMPLO

Con un elenco impecable, Los Siete Magníficos sabe contar una historia que atrapa, te involucra y te deja sin aire en el tercer acto. El film posee una muy buena estructura narrativa que no ostenta de nada, gracias a lo cual sus elementos se lucen mejor.