Los Knacks. Déjame en el pasado

Crítica de Bruno Calabrese - Cine Argentino Hoy

Larga vida al rock and roll. Crítica de “Los Knacks: Déjame en el pasado” de Mariano y Gabriel Nesci.

Pioneros del beat garage en Argentina, Los Knacks, ya entrados en años, deciden reunirse, convencidos de que esta vez finalmente obtendrán el reconocimiento que merecen. Pero los tiempos cambiaron, y la industria musical es muy diferente. Por Bruno Calabrese.

Gregorio Carrizo era el mejor amigo de Maradona. Según Diego Armando, “Goyo” (así lo apodaban) era mejor que él. Su carrera parecía dirigida a ser tan exitosa como la del astro argentino, pero una fatídica lesión cuando apenas tenía 20 años lo convirtió en una de esas tantas promesas que no llegan a la cúspide del fútbol. O en este caso, en una triste comparación con el que muchos consideran el mejor futbolista de todos los tiempos.

Así como en el fútbol son muchos los artistas que quedan en el camino y no llegan al status de legendarias bandas como The Beatles o The Rolling Stones. Es el caso de la banda argentina “Los Knacks”, posiblemente el mejor grupo beat de fines de los 60. La banda surge gracias al cimbronazo provocado por la aparición de la banda de Liverpool en todo el mundo. La alineación original, unos jovencitos de colegio secundario en aquella época, era Oscar “Robbie” Paz (batería), Carlos “Charly” Castellani (voz y guitarra), Armando “Armi” Aschenazi (voz y guitarra), Vicente “Chito” Bulotta (teclados) y Eduardo “Mossy” Mykytow (bajo), muchachos que justo cuando estaban grabando para la EMI Odeón su debut discográfico fueron prohibidos por el régimen militar en el poder por cantar en inglés. Su carrera fue corta y los hermanos Nesci cuentan su historia en solo 20 minutos. Lo que sigue después es la historia de una segunda oportunidad, cuando descubren en 2010 el culto inesperado que la banda generó en Europa.

La reunión de ellos luego de cuarenta años de no tocar juntos los encuentra impecables en lo musical, aunque mo todo es color de rosa en el documental. El reencuentro no es como esperaban ellos, en el camino surgen contratiempos que debe afrontar la banda para poder demostrar que la magia está intacta. Los problemas son los que les toca vivir a la mayoría de las bandas de rock actuales, pero cuyo espíritu juvenil les permite sacarlos adelante. Ese espíritu está en el alma de The Knacks pero no así en el físico. Como dice Carlos Castellani ” No somos pendejos de 20 años”, por eso el tocar últimos, a las 2:30 de la mañana es algo que a ellos les cuesta y mucho.

El documental refleja todo esos problemas que son comunes en el ámbito del rock, pero no solo eso aqueja a los integrantes de la banda, también enfermedades propias de la edad. Algunas crónicas, otras pasajeras; todos esos factores coaccionan para que la banda no pueda regresar de la manera que ellos esperan. Con todo esa mochila a cuesta, el disco lo llegan a grabar, a los tumbos, pero el sueño se concreta. Ahí surge otro inconveniente, el formato disco hoy no es una plataforma muy comercializada, por lo cual el éxito es casi nulo.

Pero ellos no bajarán los brazos en pos de cumplir su sueños de ser reconocidos como se merecen. Por la música, para recuperar ese tiempo perdido que quedó entre medio de su fugaz éxito y la actualidad. Por eso, a pesar de los contratiempos, Los Knacks seguirán juntos, por que siempre habrá una excusa para juntarse; por los que se fueron y porque juntos hacen un equipo perfecto. A Goyo Carrizo el fútbol no le volvió a dar una oportunidad de destacarse, la música si la da, y ellos no piensan renunciar a pesar de los golpes que la vida les va dando en el camino.

Gabriel Nesci, quien ya nos había sorprendido en el 2012 con la entrañable “Días de Vinilo”, vuelve a demostrar su pasión por el rock. Esta vez en compañia de Mariano, su hermano, con quien arman un equipo de dirección impecable. “Los Knacks: Dejame en el pasado” transpira vínilo, es una película llena de nostalgia, de sueños por cumplir, de un grupo de amigos que lucha contra el paso del tiempo. Un documental dinámico y emocionante; con una narrativa impecable, donde cada testimonio vale la pena y el amor por la música está presente en cada momento.

Puntaje: 95/100