Los juegos del hambre

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Cuando me encontré por primera vez con esta historia, la subestimé un poco. Ese es el problema de las etiquetas y de cuando la gente te dice “es literatura juvenil”. De repente lo atás a Crepúsculo y decís “listo, va a ser cero literatura y mucho material para adolescentes”. Al menos en el caso de esta primera entrega, no lo es.
En un mundo tras una revolución, 13 distritos son sometidos a "Los Juegos del Hambre", en donde cada distrito ofrece a dos chicos como tributo y todos tienen que vivir en el bosque hasta que sea el único sobreviviente. Por un lado tenemos elementos ultra tecnológicos y por otro la gente se viste como si estuviera entre los 40s y 50s, ni hablar de una estética gris muy similar a los Campos de Concentración, inclusive versus los colores vibrantes de El Capitolio.
Nuestra heroína es Katniss, una chica que se ofrece como voluntaria para salvar a su hermana de ésta cruenta experiencia y que la ha estado conteniendo desde que su padre no está. Hija de una revolucionaria, Kat se maneja como tal.
A partir de éstos nos van metiendo en el circo, en cómo todo es para el show y mientras sigas siendo funcional, vas a seguir sobreviviendo. Los sponsors harán el resto.
Lo que creo que no funciona fílmicamente: es su simpleza, los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. Katniss no se ofende si es traicionada, no mata deliberadamente a nadie ( ni siquiera cuando tiene razones para hacerlo ), y el hada madrina puede venir en varias formas, todas esperables. En este caso es un borracho sobreviviente.
La puesta es espectacular, elemento crucial para una fantasía, ya que sin ambiente, la historia se nos cae. Gary Ross (Seabuiscuit), el director y guionista, eligió una forma de dirigir en la que la cámara es un personaje más porque hay muchos movimientos, persecuciones que van detrás de la presa o delante de ella mientras vos ves el pánico por sobre el movimiento. Hay pocos planos abiertos y eso te va sumiendo en la psicología de los personajes.
Si les puedo ser absolutamente sincera, creo que Jennifer Lawrence no tiene sangre. Es muy linda y tiene un hermoso cuerpo pero realmente no la veo expresar nada de nada. Ni hablar de Josh Hutcherson, pero hasta él logra tener una punta de carisma que ella no llega a mostrar creo que nunca. Sin mencionar que el triángulo quedó flojísimo si no fuera que Liam Hemsworth tiene tanta presencia que es imposible no mirarlo.
Woody Harrelson y Donald Sutherland están muy bien. Claro que no es novedad ya que ambos han demostrado muchas veces sus capacidades.
De todas formas, nobleza obliga mencionar que es una peli en la que la historia es tan fuerte, que todo lo demás pasa a segundo plano. Al punto que hasta te olvidás que realmente la mitad del casting no sirve para demasiado. Sin embargo, el trasfondo del relato sigue dando vueltas una vez terminada la proyección, o sea que más allá de sus lados flacos, hay fuerza en la idea y en su despliegue, de manera que el resultado final es aceptable. Habrá que ver cómo los estudios encaran una segunda parte...