Los juegos del hambre

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

NOMINADOS Y SOBREVIVIENTES

El juego que mejor juega la TV ahora se disfraza de cine apocalíptico para traernos una violenta fábula. Estamos en algún lugar de la Tierra y en algún tiempo. El poder organiza cada año un perverso certamen: representantes de los doce distritos del territorio deben medirse en una prueba mortal. Sólo uno se salvará. El resto morirá. Vale todo. Y el vale todo alcanza también para caracterizar al poder, dueño absoluto, organizador y aprovechador de esta feroz cacería. Como mucha historia de ciencia ficción, la narración no resigna su aliento anticipatorio: se mata por matar; los sentimientos no cuentan; la cultura es sobrevivir sin importar el cómo; la crueldad y la muerte es parte de un espectáculo; el poder y el pueblo necesitan eliminados y ganadores. Las alternativas de ese juego siniestro se siguen por supuesto por la TV. El público participa. Y los jerarcas intervienen en la competencia para mejorar el suspendo. Violencia, poder despótico, lucha de clases, exitismo ramplón y la muerte convertida en espectáculo. De todo esto habla esta nueva saga juvenil que trata de neutralizar tanta barbarie con el viejo truco del romanticismo. (*** BUENA)