Lo mejor de nuestras vidas

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Los 40´s son los nuevos 30´s

Este filme cierra la trilogía que Cédric Klapisch comenzó en 2002 con "Piso Compartido" y que continuó luego con "Las Muñecas Rusas" (2005).
Esta tercera entrega encuentra a Xavier (Romain Duris) con cuarenta años, dos hijos, y viviendo con Wendy (Kelly Reilly). Aunque en los papeles parezca que ha alcanzado todo, sigue viviendo como un joven de veinte años; no quiere casarse, y sigue eligiendo trabajos que le gustan, no que le dan dinero. Algo que, sumado a otras complicaciones, lleva a Wendy a trabajar a Nueva York donde encuentra una nueva pareja, y finalmente se muda con sus hijos.
Con un exitoso libro recién lanzado en Paris, Xavier decide irse a Nueva York porque extraña demasiado a sus hijos, y una vez más, volverá a empezar de cero, como en la primer película, cuando se instala en Barcelona.
Ya en Nueva York, las cosas son bastante complicadas, pero allí esta Isabelle (Cécile de France) su amiga de siempre, y como si eso fuera poco también Martine (Audrey Tautou) decide visitarlo.
Con veinte años más, y con la gran manzana como escenario, los cuatro están nuevamente en una ciudad cosmopolita y multicultural, con nuevas parejas, hijos, trabajos más exigentes, pero siempre con esa sensación de que aún hay más para buscar y que en la vida sentar cabeza nunca es una buena idea.
"Rompecabezas chino" es el título original de la película, como todas esas piezas que forman parte de nuestra vida, y nunca parecen encajar todas al mismo tiempo; cuando logramos estabilidad laboral, tal vez estamos solos; cuando queremos ser buenos padres, tal vez dejamos de lado otras cosas; nunca cierra todo. Pero la película tiene una mirada muy positiva sobre esto, esa inestabilidad, esa inconformidad, puede convertirse en el motor para seguir buscando, para olvidarse de lo establecido y no creer que a los cuarenta hay que quedarse en casa a ver la tele.
Con las ganas y el deseo como motores, siempre acompañados de dudas y de algunas metidas de pata, la película no profundiza demasiado, pero tiene una mirada interesante, llena de humor y con algunas escenas memorables, sobre una generación que a los cuarenta recién está empezando.