Life: La vida de James Dean

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Jugar a ser Dios con marcianos

En "Life: Vida inteligente", Seis miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional están a punto de hallar evidencia de vida extraterrestre en Marte. Un inesperado cóctel de suspenso y terror espacial que dejará a todos queriendo escapar del cine al mismo tiempo que atornillados a sus asientos.

Un grupo de científicos en una base espacial recibe una muestra biológica para saber si hay vida en Marte. El que está a cargo del experimento, Hugh (Ariyon Bakare), tras diferentes tipos de estimulación, logra identificar un ser unicelular. El mundo está impactado con la noticia marciana, por lo que tras una votación, el espécimen es nombrado "Calvin". Más allá de lo simpático que pueda parecer, y el progreso potencial que podría darle a la humanidad, todo se modificará cuando noten que la ¿criatura? comienza a crecer demasiado, y al querer estabilizar el experimento, cometen un grave error. El resto del grupo (Olga Dihovichnay, Jake Gyllenhaal, Rebeca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada) decidirá qué es lo mejor no sólo en términos procedimentales, sino para su supervivencia y la amenaza mundial.

Claustrofóbica, oscura, con claras referencias a Alien (ni ellos tratan de esconderlo), la película se desplaza con simpleza hacia el horror con escenas que oscilan entre lo inquietante y lo visceralmente horripilante. Un inesperado cóctel de suspenso y terror espacial que dejará a todos queriendo escapar del cine al mismo tiempo que atornillados a sus asientos, provocando un rechazo sumamente atrapante.