Leyenda: La profesión de la violencia

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Ron y Reg Kray fueron dos hermanos gemelos que manejaron a su antojo los negocios de la mafia en el East End londinense en los ’70. La violenta historia tuvo una adecuada adaptación en 1990, bajo la noble batuta del húngaro Peter Medak (The Ruling Class, The Changeling). Esta adaptación lleva la firma del director y guionista Brian Helgeland, coautor de trabajos como el sofisticado policial L.A. Confidential y Mystic River de Eastwood, y si bien sostiene el aura de la historia, carece de una fuerte organización narrativa. Es Tom Hardy, quien interpreta a ambos hermanos sin chascos visuales, el hombre que empuja la pelotita al otro lado de la red. Hardy es Reg el avispado y Ron, el psycho/débil mental, y el balance es perfecto. La película muestra la rivalidad entre los Kray y los Richardson, el ascenso de los primeros hasta alcanzar un deal transatlántico, y el desplome de la hermandad, consecuencia de la estupidez de Ron. Clásica, muy deudora de Guy Ritchie y algo también de Scorsese, Leyenda es un tour de force para Hardy y sin duda entretiene.