Lazos de sangre

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

SUPERAR LAS DIFICULTADES

El nuevo trabajo de Debra Granik no es solo la mejor película de su trayectoria, sino una cinta que explora con excelencia, profundidad y calidad la vida de la protagonista, presentando un ambiente, físico y moral, que atrapa desde el comienzo al espectador y no lo suelta hasta su finalización.

Ree es una adolescente de 17 años que tiene que lidiar con la responsabilidad de su familia. Tiene dos hermanos pequeños, una madre enferma y un padre que escapa de la ley. Ella tiene que encontrar la manera de poder encontrarlo y convencerlo, para así no perder su casa y no quedar viviendo, junto a sus seres queridos, en la calle.

Este es un relato que se introduce presentando perfectamente las identidades de los personajes, mostrando esa capacidad de resolver problemas y ese positivismo que la protagonista posee frente a la vida, centrelazándose en los primeros problemas y en la descripción de su rutina junto a sus hermanos y su madre. Una de las características que hacen de este relato mucho más fuerte y profundo es el planteo que la directora hace frente a cada una de las decisiones que se tomaron para llevar adelante la historia. Ella optó por mostrar con realismo y detalle la vida de la adolescente, y el manejo de las cámaras nunca se aleja de dicho planteo. Los movimientos son muy suaves, procurando mostrar con sencillez todo lo que involucra la escena, se utilizan muchos planos generales y planos detalles para mostrar algunos objetos o expresiones de los personajes y se aprovecha muchísimo la belleza de los paisajes y los contrastes con la pobreza del lugar. Esto hace que el espectador se involucre en la escena, que sienta las emociones de las personas y que sea testigo de la lucha de la mujer por poder vivir en paz junto a su familia.

El tinte visual siempre mezcla el frío de los azules con los colores sepia de las hojas marchitas y secas de los árboles, creando un clima de abandono, soledad y pena llamativo, pero muy acorde al estilo de la película y la profundidad de la historia.

Esta es una historia sobre la lucha, sobre el sufrimiento, sobre las injusticias de la vida, sobre una adolescente que quiere encontrar a su padre para dejar el pasado atrás y comenzar una nueva vida junto a su familia. El guión expresa con soltura, realismo y muy astutamente cada una de estas cuestiones, las adereza de una pena o melancolía recurrente (sin apelar a los golpes bajos) y concluye siendo una gran moraleja sobre la paciencia, la prosperidad y la sencillez, dejando abiertas algunas puertas para la libre interpretación del espectador.

Las actuaciones son excelentes. El elenco realizó un trabajo muy bueno al encarnar a cada uno de los personajes, en especial al priorizar el realismo del guión y nunca desentonar con el ritmo ni con el drama que aquí se presenta. Jennifer Lawrence (Ree) desarrolla la identidad de la protagonista con delicadeza, procurando demostrar sus sentimientos más profundos y creando un personaje muy querible y con una fuerza y ganas de vivir impresionante. "Quiero vivir en paz, no me importa el pasado de mi padre", eso es lo que su actuación dice en cada segundo, (el destello de luz y esperanza de sus ojos al final es excelente). Dale Dickey (Merab), aporta talento al relato en un rol que tiene muy pocos minutos en cámara, pero que es sumamente importante, personificado con expresión y calidad por la actriz. John Hawkes (Teardrop) y Garret Dillahunt (el policía), están muy bien en sus personajes.

"Winter´s bone" es una cinta que mimetiza con detallismo, sencillez y sutileza una forma de vida, con personajes muy diferentes entre sí, pero que desarrollan una homogeneidad argumental sorpresiva, muy cálida y profunda. Una película para pensar, que tiene un mensaje final maravilloso y que presenta actuaciones, principalmente por parte de Jennifer Lawrence, que son excelentes. Un relato muy realista sobre la familia, sobre la paciencia, las ganas de vivir y la pobreza, acompañado por una dirección astuta y sutil.

UNA ESCENA A DESTACAR: escenas finales en la casa