Las insoladas

Crítica de Teresa Gatto - Puesta en escena

Las Insoladas

El film de Gustavo Taretto nos lleva de regreso a los 90' y a aquellos pequeños sueños que se tienen cuando el neoliberalismo se deglute los grandes.
Por Teresa Gatto

Una terraza puede ser un paraíso pero todos sabemos que hay otros. Si algo caracterizó a los 90’ fue la instalación de una necesidad de nuevos edenes que estaban lejos de aquí. Así, la clase media que luego quedaría en extinción, soñaba. Un dólar, un peso. Si es para llorar. Pero Taretto lejos del melodrama se atreve a montar una comedia en la que seis mujeres se broncean un 30 de diciembre de 1995 para llegar espléndidas a un concurso de salsa y tal vez a Cuba que otorga 5000 US$ de premio.

Cuba, la exótica, la desconocida o sencillamente conocida hasta ese momento por una imagen de Fidel, de Ernesto Che Guevara, para una gran parte de la clase media una estampa en una remera y ya callados los ecos revolucionarios.

De este modo, el motor del sueño, Flor, encarnada por Carla Peterson, se introduce en el deseo de sus amigas y mientras se cocinan bajo la inclemencia de Febo y se refrescan en una pileta de lona, el sueño va mostrando quién es cada una, qué desea y cómo cada deseo está ligado a una cosmovisión de la vida.

La pretendida inacción o los diálogos que parecen sin sustancia profunda, tienen como objetivo reflejar esa nada que acompaña a los sueños pequeños.

Y si bien no hay una profundidad en torno a cómo se llega a tener esas pequeñas ilusiones, si es posible evidenciar en cada enunciado de las mujeres, esa desmembración del tejido social que vendría poco después. Las insoladas es una buena comedia que nos propone revisarnos, reír y saber por qué la clase media, la menos cohesiva y solidaria de las clases casi llega a su desaparición.

Muy buenos trabajos de las seis actrices: Carla Peterson, Luisana Lopilato, Marina Bellati, Maricel Álvarez, Elisa Carricajo, Violeta Urtizberea, con una fotografía luminosa que no deja ver a esa Buenos Aires “tan suceptible” sino radiante de verano, hacen del film de Gustavo Taretto un buen momento en el cine.