Larry Crowne

Crítica de Ezequiel Coniglio - Cinezalco

A-BU-RRI-DA!

Larry Crowne (Tom Hanks) es un hombre de mediana edad que, tras ser despedido de su trabajo, quiere dar un nuevo rumbo a su vida. A pesar de tener graves deudas, Larry decide volver a la universidad a estudiar, donde comienza a enamorarse de una atractiva profesora, Mercedes Tainot (Julia Roberts).

Desafortunadamente no sólo a Estados Unidos llegó la crisis, sino también a los guiones y queridos actores de Hollywood. “Larry Crowne” tiene una propuesta interesante, actores reconocidos y un resultado bastante malo para aquella combinación. Esta película de auto superación, con tintes de comedia romántica, nos cuenta la vida de un entusiasta trabajador de un hipermercado al que le ha dedicado 20 años de su vida, desde que abandonó su puesto de cocinero en el ejército. Ante la crisis norteamericana, y por no tener título universitario, es despedido sin más razones. Con muchas deudas, y a punto de perder su casa hipotecada, Larry se inscribe en un curso de oratoria en la universidad donde conocerá a la profesora Mercedes Tainot (Julia Roberts).

Como les decía, era una propuesta interesante, muchos caminos por recorrer y muchas aristas a las cuales hacer frente a la hora de hablar de un hombre que debe replantearse su vida a los 50 años y retomar la vida universitaria. Y creo que ese es el problema fundamental de “Larry Crowne”, muchos detalles a los que dar cuenta, y muy poco énfasis en el género de comedia romántica.

Los personajes construidos tanto por Hanks, como por Roberts, no llegan a conmovernos y por momentos “Larry” nos recuerda a algunos pasajes de “Forrest Gump”. Por suerte, cuentan con personajes secundarios que ayudan a fortalecer algunos momentos y le aportan cierto aire cómico al filme.

Por otra parte, la historia de amor se funde en los intentos de conocer los personajes, más que en la química que irradian sus miradas. Es casi nulo el acercamiento que tenemos entre Larry y Mercedes, y para aquellos que esperábamos ver una comedia romántica nos deja con sabor a poco.

Tom Hanks dirigió, protagonizó, produjo y co-escribió esta película (junto a Mía Vandalos de “Mi gran casamiento griego”). Una película que intenta ser un canto a la alegría y a las ganas de continuar con la vida, de las segundas oportunidades y de lograr lo que uno se propone, pero que termina aburriendo en muchas oportunidades y perdiéndose en el intento. Debemos esperar otros 15 años para que Tom Hanks decida dirigir otra película si es que, después de esta, decide volver a dirigir.