La vida que te agenciaste

Crítica de Mónica Gervasoni - Cinéfilo Serial

Se estrena este jueves “La vida que te agenciaste”, ópera prima de Mario Varela, escritor y camarógrafo profesional. Este sueño viene de la mano de una heterogénea obra que va desde el cortometraje hasta los libros de poemas y libros infantiles, pasando por la creación de una editorial independiente y la fundación de una emblemática revista literaria: 18 whiskys, que duró dos números nada más pero que marcó poéticamente a sus integrantes.

Como el director es también protagonista del film, es como estar viendo un vaivén desde lo autobiográfico a lo biográfico. El reflejo de la amistad que lo unía con sus amigos de juventud, poetas rebeldes y del reencuentro veinticinco años después. Una excusa para dar a conocer la poesía que se escribía en ese momento, los 90, poesía que influye en la literatura argentina actual.

Con preguntas que sobrevuelan tácitamente, el film parece una conversación entre amigos y, a veces también, un reportaje formal que ordena la secuencia informativa de la que se nutre el documental. La pregunta central o el motor de “La vida que teagenciaste” es ¿en quiénes sobrevivió la vieja llama, la pasión por escribir o cómo les fue cambiando la vida a lo largo de los años? Con la poesía, siempre la poesía, en voz baja, en voz alta pero siempre presente.

Esta película, que está rodada entre la Patagonia y Filipinas, pasando por Tokio, es una verdadera road movie de poetas. Todo empezó cuando su director y protagonista Mario Varela retoma un proyecto rodado en 1993, cuando él estudiaba la carrera de Cine, en la Escuela de Cine de Avellaneda, llamado “París-Dakar”. Un rally alcohólico de un grupo de poetas amigos, por 18 bares tomando y el que resistía, sin vomitar, era el ganador.

La película también refleja que en la juventud y sobre todo la de los 90 y en los poetas en particular, todo es intenso. La amistad, el amor, hasta las peleas que los fueron separando.

El propósito de su director fue bien logrado, porque consiguió retratar aquello que se les escapa a los libros, la vida de sus autores y su cotidianeidad. Todo fluye como en una charla entre amigos, como si no hubiera pasado el tiempo que pasó.

Los planos de paisajes, la luz de la fotografía todo fluye de manera armoniosa como dándole forma a una poética visual.

La cinta de jóvenes poetas rebeldes contó con la participación, recuerdos y poemas de Fabian Casas, Laura Wittner, Juan Desiderio, Rodolfo Edwards, Jorge Aulicino y más… Retomando el recuerdo de las revistas La trompa de falopo y 18 whiskys. Esta última publicación que solo duró apenas dos números mientras la poesía les duró toda la vida.