La vida misma

Crítica de Martín Goniondzki - Cuatro Bastardos

La Vida Misma: Lágrima Fácil.
Dan Fogelman (creador de This is Us) nos propone este drama lacrimógeno donde se nos muestra los vínculos afectivos y su yuxtaposición con el azar, la casualidad y/o el destino.
Las películas corales eran moneda corriente hace algunos años con grandes y originales exponentes como los films de Iñárritu (21 Grams, Babel y Amores Perros) o historias livianas del estilo de New Year’s Eve, Valentine’s Day y He’s Just Not That into You. En un punto intermedio se encuentra Life Itself (título original de la obra de Fogelman) que arranca de manera interesante y con el correr del metraje se va diluyendo e incurriendo en varios clichés, dejando personajes poco desarrollados, golpes de efecto predecibles y manipulación emocional a más no poder.
El largometraje comienza contando la trágica historia de Will (Oscar Isaac) y Abby (Olivia Wilde) una pareja que va construyendo su relación y posteriormente su familia a través del tiempo, pasando de ser una pareja universitaria hasta casarse y tener un hijo. Paralelamente el personaje de Abby intenta desarrollar su tesis sobre “el narrador no fiable” y como todos los narradores son infiables debido a la arbitrariedad y lo azaroso de la vida. Como la vida misma es un narrador sospechoso también. Ahí es donde se va gestando una idea atractiva yendo y viniendo en el tiempo y mostrando la decadencia del vínculo de esta pareja a partir de esta tesis. Al mismo tiempo, los primeros 15 minutos nos otorgan algunos recursos interesantes donde Samuel Jackson comienza a contar enmarcadamente parte del relato. No obstante, esto se acaba prontamente para desembocar en un segundo acto apresurado, con personajes que no terminan de desarrollarse y que no cuentan con el peso suficiente que tenia los protagonistas anteriores. A fines prácticos y para evitar spoilers no entraremos en detalles de lo que viene pero el elenco estelar compuesto por los ya mencionados intérpretes sumados a Olivia Cooke (Ready Player One), Mandy Patinkin (Homeland), Antonio Banderas (La Piel que Habito), Annette Bening (American Beauty) y Laia Costa (Victoria) son sumamente desaprovechados en una historia por momentos predecible, donde se ven sus hilos y su mecanismo de manipulación.
Por otra parte, hay varios golpes bajos que se sienten innecesarios y que sólo buscan la lágrima fácil del espectador y un golpe de efecto convencional que se podría haber arreglado desde la construcción misma de los personajes y de una manera más visual y no desde la sobre-explicación y la exposición mediante diálogos.
Si resulta destacable todo lo relacionado con la edición del film y su banda sonora que le dan cierto carácter e identidad al relato. Una película que no presenta ningún tipo de reproche desde lo técnico.
Quizás Fogelman peca de intentar explotar una premisa similar a la que utiliza en This Is Us pero en una cinta de dos horas de duración donde tiene menos tiempo para desarrollar a una enorme cantidad de personajes, conflictos y cruces entre los mismos. El formato televisivo le permitía ahondar más en estas cuestiones de una forma más armónica y menos forzada.
La Vida Misma es una película que gustará a los fanáticos de Fogelman y su serie de TV, los que disfruten de los dramas lacrimógenos y los largometrajes corales. Para el resto de los espectadores no quedará mucho más que un drama con varios golpes bajos y con un potencial que no termina de explotarse.