La rueda de la maravilla

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Sólo un bosquejo de drama

Todos (bueno, algunos) amamos a Woody Allen y crecimos con sus películas de los años 70 y 80. Sin embargo, en una filmografía tan extensa (47 películas) los tropiezos son más que probables, y "La rueda de la maravilla" es uno de esos casos. La película está ambientada en la Coney Island de la década del 50 (la infancia de Allen, ya lo sabemos por "Annie Hall" y "Días de radio"), y los protagonistas también resultan familiares: Ginny (Kate Winslet), una actriz frustrada atrapada en un matrimonio infeliz; su esposo Humpty (Jim Belushi); la hija de Humpty (Juno Temple), una joven que anda escapando de su ex, y Mickey (Justin Timberlake), un guardavidas que sueña con ser dramaturgo. Ya hay problemas suficientes, pero el lío de verdad arranca cuando se forma un triángulo amoroso entre Winslet, Timberlake y Juno Temple. El planteo es atractivo, pero "La rueda de la maravilla" avanza torpemente entre diálogos previsibles y altibajos narrativos. Es un bosquejo de drama donde los personajes quedan desdibujados y no transmiten intensidad. Ni siquiera la increíble Kate Winslet alcanza para redimir al personaje de Ginny, que hacia el final se torna grotesco. Y el personaje de Timberlake ya irrita hablando a cámara y explicando cada situación en off. Hay escenas que recuerdan a otras películas mejores de Allen, y en comparación "La rueda de la maravilla" queda en un rincón, como una versión muy devaluada.