La revolución es un sueño eterno

Crítica de María Victoria Vázquez - El Espectador Avezado

Coincidiendo con el comienzo de un nuevo aniversario de la revolución de mayo, este jueves se estrena este film dirigido por Nemesio Juárez, y basado en la novela homónima de Andrés Rivera.

Con la excusa de acompañar a Juan José Castelli en sus últimos días, la historia narra su acción desde las invasiones inglesas hasta 1812, año en el que muere de un cáncer de lengua mientras está siendo enjuiciado por cargos en contra de la Patria. Esta es la herramienta usada para mostrar las diferencias entre los patriotas del Mayo de 1810, sus diferentes visiones en cuanto a los objetivos a largo plazo, y el triunfo del sector más conservador de los revolucionarios.
Desde ese lado, el planteo resulta interesante, aunque el film adapta con solvencia la novela de Rivera, es cierto que de alguna manera no logra salirse de la reflexión interna permanente de Castelli, muy bien interpretado por Lito Cruz (cuya actuación llega casi a hacerle doler la garganta a quien lo ve, dado lo bien que transmite el sufrimiento que padecía su personaje). Abundan los largos parlamentos en los que los actores se regocijan de sí mismos y su arte, pero que terminan causando algo de dispersión en el espectador, que puede sentirse abrumado ante tanto monólogo excedido de palabras.
También hay algunas ajustes en la factura técnica, que podrían haber sido cuidados con más esmero. Por ejemplo, tenemos una estética que arranca en la presentación y sigue en sucesivos planos durante la película, y que nos remite a una forma de filmar que tiene un tiempo ya y luce avejentada, en un efecto que se nota más casual que intencional. La edición del sonido es otro: quizás en el corte que llegue a las salas esté solucionado pero en la versión que vimos notamos algunos desfazajes (se notaron doblajes) aunque apostamos a que estén solucionados para su estreno.
Es destacable, sin embargo, el esfuerzo, La revolución es un sueño eterno es un film que tardó cinco años en poder terminarse. No es fácil realizar una película que dependa de la reconstrucción histórica, en particular con presupuestos limitados, y en ese sentido, el film es valioso. Debemos advertir, sin embargo que quizás el encuadre y la estructura argumental no lo haga lucir como un film atractivo en los tiempos que corren.
Lo más valioso de la propuesta, son las actuaciones, de Lito Cruz, en particular, pero también se destacan Luis Machin (en la piel de Belgrano), y Adrián Navarro (Mariano Moreno). El reparto se completa con Mónica Galán, Ingrid Pellicori, Juan Palomino, y Manuel Vicente entre otros. Si la historia es lo tuyo, sumale puntos a la evaluación final.