La noche del demonio

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

¡EL TERROR HA VUELTO!

James Wan, director de la primera entrega de "El Juego del Miedo" y de "Dead Silense", entre otras, vuelve a sorprender en esta propuesta de terror paranormal ya que, como bien lo hizo "Arrástrame al Infierno" de Sam Raimi, logra asustar, crear climas envidiables de suspenso y acompañar la historia con un humor negro que le aporta originalidad, divertimento y mucho más horror a la cinta.
Una familia se muda a un nuevo hogar. Uno de los niños tiene un accidente en el altillo que le ocasiona entrar en coma. Pasan los meses y él no logra despertar. A su alrededor, su familia comienza a sentir y a ver fantasmas, entidades que comenzarán a molestar a sus integrantes y que tienen un objetivo en común: poseer el cuerpo frágil del niño.
La película da comienzo con una enigmática escena que introduce los créditos iniciales. Un corto y escalofriante plano secuencia por la casa, la presentación de uno de los fantasmas que luego hará de las suyas y el pase a la utilización de imágenes en blanco y negro que finalizan con el presente de la familia protagonista. Es a partir de ese momento, cuando la película plantea sus intensiones y empieza a demostrar, muy lentamente, lo que tiene para brindarle al espectador.
La cinta se puede dividir claramente en dos partes bien diferenciadas. Por un lago todo el planteamiento del conflicto y las primeras apariciones de los fantasmas, y por otro, la aparición de los personajes secundarios que ayudarán a la familia a deshacerse de los espíritus. El primer tramo del guión es el más tradicional del género: escenas lentas, muy cuidadas escénicamente, en las que se puede apreciar como los integrantes de la familia, en especial la madre, comienzan a experimentar los diferentes hechos paranormales en la vivienda. Es aquí donde se emplean los sonidos de las puertas; los ruidos fuertes que se escuchan en la habitación del bebé; la utilización de sombras repentinas; y un aprovecho magnífico de las figuras fantasmales como principal fuente de suspenso, entre otros recursos que se usan para asustar y crear tensión. La cámara brilla por mostrar lo que el espectador no quiere ver, son muchas las situaciones en las que la misma hace un travelling siguiendo la mirada o el recorrido de los personajes, que son verdaderamente escalofriantes y son llevados adelante con mucha precisión y con un sentido visual muy particular.
La segunda parte, ya pasando la mitad del relato, es lo que hace a "Insidious" una cinta diferente y superior a muchas que tratan el mismo tipo de historias. Aquí se da un giro narrativo, visual, sonoro y climático muy grande, claro y, principalmente, sin dejar de lado el suspenso y el nerviosismo que se logró crear con anterioridad. Aquí se invoca al humor negro; a los escalofriantes efectos especiales que remiten directamente al cine de terror de los ochenta; a la utilización del maquillaje de los fantasmas como fuente principal de terror; y a una soltura argumental que le aporta un grado de entretenimiento y de suspenso muy interesante a la obra. La escena del viaje astral es, desde el punto de vista del espectador, como subirse en la primera fila de un tren fantasma y sentir cómo las cosas aparecen y desaparecen sin explicación alguna, cómo sonidos fuertes se cortan repentinamente y cómo, gracias al excelente trabajo de dirección, una diabólica sonrisa puede transformarse en un morboso elemento de suspenso. A su vez, se presenta a un espíritu en particular, que es una mezcla entre el diablo y Freddy Krueger, que se destaca cada vez que aparece en escena.
Las actuaciones, sin ser sorprendentes, están correctas y nunca desequilibran el relato. Vale destacar el trabajo de Patrick Wilson (el padre) y el de Lin Shaye (la especialista en espiritismo).
"Insidious" no tiene un guión que maraville, que deje pensando al espectador o que sea sumamente sorprendente, es una experiencia cinematográfica de terror que asusta, que está muy bien dirigida, que introduce climas de suspenso escalofriantes, que se destaca por su soltura y por crear un relato de fantasmas de calidad. Una verdadera sorpresa. Un film que, junto con "Arrástrame al Infierno", "Trick´r Treat" y "REC", son lo mejor que el género ha aportado en los últimos años. Para divertirse y asustarse.

UNA ESCENA A DESTACAR: el viaje y esa escena en el cuarto del bebé.
UN DATO: como en las pasadas películas de James Wan, aquí aparece la figura de Billy, el payaso de "El Juego del Miedo". Prestar atención y buscarlo.