La noche del demonio

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Esta producción nos da varias oportunidades, una es hacer una crítica directa sobre lo mostrado, o narrado, la otra es tratar de incluirle las otras variables del estreno.

Si hay algo que particularmente no me asusta para nada es saber que no se, o como diría Sócrates, el filosofo no el jugador de fútbol brasilero, “Solo se que nada se”. Por lo cual recurrí al mata burros, léase diccionario ingles / español, con el fin de encontrar el significado de la palabra “Insidious”, el titulo original del filme en cuestión, y encontrar, aunque más no sea, una justificación por el cambio.

La traducción correcta es “insidioso”, que a nivel coloquial se podría entender como algo malo con apariencia de bondad, lo que determinaría, o redundaría, o haría previsible a gran parte de la historia. Bien, aceptado el cambio.

Alguien ahora podría explicarme, a partir de la publicidad de la obra, específicamente el afiche en las calles que nos muestra una mansión, delante de la misma el rostro de un niño casi angelical con mirada de ultratumba y una frase demoledora “no es la casa la que esta embrujada”, y debajo el titulo de la realización. ¿Para que le cambiaron el titulo? ¿No podría haberse denominado “INSIDIOSO”? ¿O acaso creen que el público argentino que iría a verla desconoce la definición del término?

El director, casi de culto, James Wan, responsable de la también atesorada primera película de la ya a esta altura insoportable saga de “El Juego del Miedo” (2004), tuvo al menos en este caso el tino, y se lo agradezco, de no recurrir a escenas de violencia extrema, excitante, casi explicita, como los descuartizamientos muy gore en los filmes de la saga citada.

Es verdad que comete otras atrocidades, cinematográficamente hablando. Ya en los títulos nos muestran todos los efectos y monstruitos que aparecerán a lo largo de toda la proyección, quitando la mitad del asombro que intenta producir en el espectador.

Luego la historia. A esa casa, que ya sabemos por el bendito afiche que no esta embrujada, llega una familia tipo, o sea una pareja parental y sus hijos pequeños. Cuando por un accidente el mayor se golpea la cabeza queda en estado de coma. Luego de pasar una temporada en el hospital, elipsis de por medio, por la prolongación temporal de la “enfermedad”, es llevado a su casa.

Allí comienzan a suceder extraños acontecimientos que en principio son entendidos como provenientes de la casa, (pero nosotros ya sabemos que no es así por el afiche), del transito a lugares comunes del genero al cliché más exasperante no se hace esperar, que pareciera querer emular a las basuras de “Actividad Paranormal” (2007) o hasta intentar parodiar “Poltegreist” (1982), pasando por exorcismos baratos, mundos paralelos, desdoblamientos de cuerpos, fantasmas, hasta me pareció ver al ex presidente de los argentinos en el periodo de 1989 / 1999, va cubriendo todo el espectro, en sus dos grandes acepciones. Hasta descubrir la razón de los sucesos que, como ya sabíamos, no era la casa la que estaba embrujada….

Pero, a decir verdad, hubo tres momentos en que sentí miedo

La primera vez fue cuando mire el reloj... y ví que faltaba más de una hora para que terminara la proyección..

La tercera vez, ya fue una sensación de horror, y es cuando el filme termina dejando abierta la posibilidad de una segunda parte.

El pánico se apodero de mi en el segundo momento, y es cuando pude percibir el daño irreversible que el tiempo le había provocado a la otrora bella Bárbara Hershey (la abuela del nene, que no vive con ellos en la casa, que sabemos que no esta embrujada, por los avances publicitarios).