La mirada invisible

Crítica de Martín Turnes - Cinevivo

El festejo por el Día de la Bandera fue la excusa y el marco para el preestreno en Argentina de
La mirada invisible (2010), de Diego Lerman, luego de ser presentada en la Quincena de Realizadores del 63° Festival de Cannes.

El contexto de la proyección, uno de los salones del Centro Cultural Bicentenario (Sarmiento 151, esq. Leandro N. Alem), recientemente remodelado y reabierto para el 25 de Mayo, acompañó el clima frío presentado por la película, que está basada en la novela “Ciencias Morales” de Martín Kohan, producida por Campo Cine y que cuenta los días previos a la guerra de Malvinas en 1982 desde el punto de vista de una oscura preceptora del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Con un comienzo que bien remite a Crónicas de un niño sólo de Leonardo Favio, se presenta el colegio en cuestión y el modo en que se trata a los alumnos -todo un modelo de la época- que marchan por los pasillos como si fuera un servicio militar y toman distancia antes de entrar al aula, siempre con la vestimenta prolija y sin hacer el menor ruido; caso contrario son reprimidos y castigados.

Julieta Zylberberg desarrolla un papel más que destacable y de manera soberbia representa a María Teresa, una preceptora que nueva en su cargo se esmera por la aplicación de las normas, la corrección de las conductas y la vigilancia obsesiva; llegando a esconderse en el baño de hombres para descubrir a un alumno que supone fumador. El señor Biasutto (Osmar Núñez, de muy buena actuación también) es el Jefe de Preceptores, que aprueba desde un principio este modus operandi y encarna la opresión, la vigilancia y los abusos de poder propios de la época.

Técnicamente impecable, el film está muy trabajado fotográficamente, su director de fotografía Álvaro Gutiérrez decidió impregnar de tonos pálidos y fríos a las escenas del interior de la escuela e inclinarse hacia los tonos cálidos o pasteles al mostrar el mundo exterior: subte, disquería o la casa de María Teresa. En cuanto a la música, si bien se escuchan varias canciones patrias, tiene precisas y bellas apariciones la música elaborada por José Villalobos.

Suele suceder que al ver una adaptación ésta nos decepcione rotundamente, nos guste menos que el libro, o no llegue a abarcarlo en su totalidad pero tampoco satisfactoriamente en su parcialidad. No obstante, este caso es una excepción. Tuve el placer de leer “Ciencias morales” y no sabría decir cual me gustó más. El guión fue realizado por el propio Lerman y María Meira, con el total apoyo de Kohan, quienes no se quedaron sólo con la historia (y escenas) que cuenta la novela sino que se tomaron la libertad de hacer muchas modificaciones, y hasta cambiarle el final, aunque siempre manteniendo las sutilezas, el esqueleto y la esencia de la obra original.

Como había contado Diego Lerman durante la entrevista previo al viaje a Cannes, la película -respecto de la novela- tiene otra composición familiar: el personaje del hermano de María Teresa no está y la familia está compuesta por la madre enferma y una abuela. Pero estos cambios no restan dramatismo o contexto socio-político, sino que aportan nuevas capas para estos personajes protagonistas, totalmente ricos tanto en su caracterización como en sus diálogos.

Su estreno comercial en Argentina está previsto para el 26 de Agosto de 2010. Si bien aún falta algo de tiempo, no quería dejar de hacer un comentario sobre una película que no sólo es muy buena desde sus puntos de vista técnico y artístico, sino que aporta desde la sutileza y desde un costado poco visto en la pantalla con respecto a una temática más que vista -pero nunca agotada- en cuanto a lo que hace a la memoria de nuestro país y a la conciencia histórico social.